CAPÍTULO 1

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❪Capítulo 1, Mudanza y papeleo❫

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❪Capítulo 1, Mudanza y papeleo❫

Llegué a Forks durante la madrugada

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Llegué a Forks durante la madrugada. No quería lidiar con vecinos entrometidos apenas llegar a mi nueva casa. La neblina cubría las calles y el frío calaba hasta los huesos, como si este pueblo fuera un reflejo de mis emociones. La mudanza ya había traído todas mis cosas unos días antes, así que todo estaba en cajas, apiladas en el pequeño garaje.

Quería acostarme y dormir por días, pero sabía que no podría descansar si dejaba todo ese trabajo pendiente. Con un suspiro, encendí todas las luces de la casa. El brillo amarillento iluminó el polvo que aún flotaba en el aire, dándome la bienvenida a mi nueva vida, tendría que cambiar la luz por una fría, odiaba las luces cálidas. Me arremangué la sudadera y comencé a traer las cajas, dejándolas en cada lugar correspondiente. No eran muchas, así que con suerte en unas tres o cuatro horas todo estaría listo.

En la sala colgué las pocas fotos que tenía de Kath, el único lazo que me mantenía conectado con algo parecido a una familia. No pondría ninguna en mi habitación; no me gustaba ver fotos ahí. Era demasiado personal, demasiado doloroso. La última que colgué fue de un curso de pastelería al que la llevé como regalo de cumpleaños. Kath amaba hornear. Ahorré durante semanas para llevarla allí y pasar tiempo juntos. Fue nuestra última salida, una semana antes de que se fuera.

Suspiré profundamente, dejando la foto en la mesita de té junto al viejo sofá. Las fotos individuales de Kath las guardé, incapaz de mirarlas sin que el dolor me desgarrara por dentro. No estaba listo para enfrentarme a ese vacío todavía, aún si fui a su funeral, aún si fui a su casa vacía a dormir... no podía asimilar que se había ido, su presencia aún era constante en mi mente.

Me senté un momento para descansar, pero mi mente no me dejó en paz. Un pensamiento me golpeó casi de inmediato: Tengo que inscribirme en el instituto.

Kath siempre quiso que fuera a la escuela, pero nunca se dio la oportunidad. La encontré demasiado tarde como para iniciar el curso escolar, y los trámites de adopción lo retrasaron todo. Para cuando por fin íbamos a inscribirme, ocurrió lo que ocurrió. El caos que siguió me arrancó cualquier posibilidad de cumplir su deseo... hasta ahora. No podía fallarle. Era la única que me vio como lo que soy, no como lo que los demás pensaban. Así que iría al instituto, aunque fuera solo por ella. Por Kath.

... 𝑹𝑬𝑨𝑫𝒀 𝑭𝑶𝑹 𝑰𝑻?, cullen familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora