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— Nuestra ventana confirmó la existencia del vientre maldito hace tres horas. Tras la evacuación de 90 personas, se ordenó que se acordonara el área. También se realizó una evacuación de medio kilómetro a la redonda.— mencionaba Ijichi.
— Ijichi una pregunta, ¿que és una ventana?— preguntó Yuji.
— Son funcionarios de la preparatoria capaces de ver maldiciones, pero no son hechiceros en sí.
— Ah, ya veo.
— Continuaré. Actualmente en el segundo pabellón, cinco de los reclusos se encuentran atrapados con el vientre maldito. Y si este resultara ser del tipo que muta, se confirmaría que es un espíritu maldito de categoría especial.
'¿Especial?' ¿Cómo se supone que alumnos de primer grado se enfrentarían a esa cosa?
— Oigan, aún no entiendo que vuelve tan especial a la categoria especial.— Itadori bufó frustrado
Ijichi comenzó a explicar el tedioso protocolo de espiritus malditos.
— ¡Es gravisimo!— espotó el de cabellos rosas.
— Generalmente se envía a un hechicero que esté a la altura de la misión. El caso de hoy podría tomarlo el profesor Gojo.— complementó Fushiguro.
— Ya lo veo.. ¿Y donde está el profesor Gojo?— cuestionó Itadori.
— En un viaje de negocios, no es alguien que pueda permitirse quedarse mucho tiempo en la escuela.— dijo Megumi sin más.
— Por desgracia, como siempre estamos cortos de personal. Es normal que realicen misiones por encima de su capacidad. Pero, este es un caso excepcional y de emergencia, eviten pelear a toda costa. Si resulta ser de categoria especial, solo elegiran correr o morir. No ignoren su temor instintivo. Su misión es meramente de verificación y de rescate de talvez posibles sobrevivientes.— concluyó Ijichi.
