🍡Aquí la historia de un joven pilar que debido a su pasado, vive con la culpa y en soledad. Pero...todo para él cambia cuando forma amistad con cierto chico con quien no creía que podía llevarse tan bien ¿En verdad no se imaginaban que esa amistad...
Se dispuso a bajar las escaleras y fue directamente a abrir la puerta, sin darse cuenta de que estaba un poco desarreglado
----Ah...eres tu ¿qué quieres?.Si estás aquí por la misión es en tres días por si no estabas enterado ---- dijo friamente.
----Oyaka-sama me envió a avisarte que partimos hoy en la tarde a las seis. Y sabes algo, para mí tú eres la rata que no se enteró sobre el cambio de horarios ya que pasaste vergüenza y tuviste que marcharte ---- Dijo en un tono burlón ---- Te veo a las seis en mi finca, enviaré un cuervo para que sea tu guía ---- Fue lo último que pronunció y se marchó de allí.
A veces, Giyuu se sentía mal, no físicamente sino emocionalmente porque siempre creía hablarles bien a sus compañeros, pero ellos al parecer, lo escuchaban como si Giyuu fuera superior a ellos, lo que no sabían era que esa es la forma de hablar de Giyuu y como no hablaba casi con nadie desde la muerte de Tsutako y Sabito le era difícil tener una plática con alguien sin que se molestara o le hablara de una forma peor.
En fin, vió a Obanai alejarse lentamente y después fué a hacer su equipaje para viajar y poder estar en su región por lo menos unas tres semanas.
Por alguna razón, tenía el presentimiento de que el camino iba a ser muy incómodo, pero por suerte, era muy corto a los que estaba acostumbrado a ir, entoces esa incomodidad se iría si lograba soportar. • • •
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Ya había hecho su equipaje, se encontraba corriendo y siendo guiado por un cuervo hacia la finca de Obanai. Para su sorpresa la serpiente ya estaba en la puerta esperándolo.
----Vámonos----Empezó a correr y el contrario lo siguió por atrás .
Giyuu se encontraba corriendo y ya había podido alcanzar al Pilar de la Serpiente. Pasó un rato y se dió cuenta que la serpiente ahora estaba detrás suyo, empezando así a escuchar una leve respiración agitada, sabía que ya estaba cansado, después de todo, tenía las piernas cortas y ya habían corrido por más de cuatro horas. Se detuvo y habló:
----Podemos descansar allí, ya hemos corrido por mucho tiempo, no he almorzado y empiezo a tener hambre ---- Saliendo un gruñido desde su estómago. Al contrario no le quedó de otra que responder:
----Está bien, pero ya no me dirijas la palabra---- Cortante.
----De acuerdo.
----¡Ahhhh! ¡¡Que no me hables!!, parece que se te olvidó que me hiciste pasar vergüenza en la mañana y por eso ahora tengo que estar aquí contigo---- Se dirigió a sentarse a lado de un árbol y empezó a sacar su comida. Y el contrario hizo lo mismo pero en un árbol diferente y más alejado.
El Pilar del Agua empezó a pensar que no tenía por qué soportar los gritos de ese tonto y lo que pasó esta mañana se debe a que no durmió bien. A el le podría pasar lo mismo.
