Después de años siguiéndolo y viendo que la flecha aún no surtía efecto, por fin, noté que algo había cambiado cuando se topó con el chico pelirrojo del tren. Fue como si la flecha comenzara a palpitar suavemente y realmente creí que aparecería el destello.
Parecía que todo iba a salir de maravilla mientras esperaba escondido y expectante entre los demás pasajeros. Cuando le tomó la manga hasta me dieron escalofríos de la emoción y luego...
La flecha dejó de palpitar. Ocurrió exactamente al mismo tiempo que el tren llegó a su destino final. Me volví rápidamente a los dos para ver con horror cómo se despedían y tomaban sus cosas para irse.
¡No, no, no!
Esta podría ser la buena y Hades era un maldito ciego. Esta vez no iba a cometer el mismo error, así que al salir del tren, me escondí rápidamente en un callejón vacío e inicié el ritual de partición del alma. Iba a seguir a esos dos idiotas a como sea de lugar.
–No podemos permitir que esos dos se separen –dijo mi clon al aparecer.
–Lo mismo digo mi fantástico gemelo –lo miré decidido.
Ambos nos dimos la mano y comenzamos a correr en busca de esos dos idiotas.
En mi mente podía ver con claridad ambos puntos de vista y cuando me tope con Hades, me espanté al ver que estaba tomando ya un colectivo que lo esperaba para volver a la academia.
Por otro lado, el pelirrojo iba en el sentido opuesto, específicamente a una farmacia y mi gemelo lo siguió con cautela. Pude observar que mientras dejaba sus bolsos en un sitio apartado, se ponía a revisar las repisas en busca de desodorante y útiles de aseo.
Juntar nuevamente sus caminos iba a ser más difícil de lo que creí.
De todas formas mantuve la vigilancia.
Hades por su parte ya estaba por llegar a la academia y para mi suerte, se topó con Artemisa quien lo saludaba desde la rotonda de la entrada para despachar a los estudiantes que allí asistían.
En ese momento el otro chico había terminado de comprar y también había tomado un colectivo para ir a quien sabe donde. Bien, esta era mi oportunidad.
–Estoy en ello Eros original –me avisa telepáticamente mi gemelo.
–Ve a por el mi hermosa copia –le ordené.
Podía ver cómo mi duplica corría velozmente hacia el conductor y con una flecha de encanto, tocó levemente al cuello del chofer y ambos susurramos:
–Llevalo a Green Hearts –le ordenamos al oído.
El conductor totalmente embobado por el efecto de la magia erótica, accede a mi petición y cuando el joven pelirrojo le pasa el papel con la dirección de su destino, este finge leerla y comienza a conducir hacia Green Hearts.
"Perdoname extraño pelirrojo, lo hago por el bien de un corazón noble" –me disculpé mentalmente.
El auto tomó su rumbo a la academia, cada vez más cerca de Hades y ya lidiaría con la futura confusión que le provocaría al chico al ver donde lo condujo el taxista. Hades por su parte se dirigía ahora donde la oficina de la directora, pues quería asegurarse que todo estuviera en orden con su... y ¿acaso lo llamó su pequeño reino? Me pregunto que le habrá dicho Artemisa que lo puso tan alterado.
Huff... esto de tener la mente partida en dos era más agotador de lo que recordaba, pero debía concentrarme.
El pelirrojo estaba por llegar y hasta ahora no había sospechado nada, de hecho... parecía que nada le aparentaba extraño. Entonces eché un leve vistazo por espejo retrovisor y casi me pongo a chillar de la emoción cuando vi que sostenía una carta con el símbolo de la misma academia.
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AARON ES HADES
RomanceAl Dios del Inframundo le han puesto los cuernos. Su esposa Perséfone, ansiosa de poder y obtener influencia sobre el Olimpo, se deja llevar por los encantos y grandilocuentes promesas de Zeus. Hades con el corazón destrozado por el engaño y la trai...