10. Un partido intenso 🧡

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Ya era el último día de adaptación y reconocimiento para los novatos. Alexa y Aaron fueron realmente amables en mostrarme todo lo que pudieron de Green Hearts y yo no dejaba de maravillarme con la inmensidad de aquel lugar. Aún si había visto folletos desde hace años y documentales sobre la vida de los estudiantes, uno no podía dimensionar su tamaño real a través de la pantalla del televisor.

En cuanto al asunto de compartir habitación, Aaron intentaba mantener la mente abierta y ver la situación no como un sobrepaso de sus derechos, sino más bien como una oportunidad para compartir con alguien de su edad. Llevarnos bien era clave para evitar otro escándalo como el de hace dos días.

–Ya sólo nos queda enseñarte la cancha abierta. ¿Te gustan los deportes, Evan? –me preguntó Aaron muy entusiasmado.

–Em... bueno, iba al gimnasio cerca de mi casa los fines de semana y en la escuela me gustaba mucho jugar a los quemados.

Avanzabamos por un camino de tierra con un jardín lateral muy bien cuidado. De vez en cuando, logramos atisbar a los jardineros, unos verdaderos artistas de las plantas y el paisajismo. Me gustaba saludarlos cuando no parecían tan concentrados en sus tareas.

Alexa no nos acompañaba en esta ocasión porque su roomie Violeta llegaba hoy a primera hora y quería recibirla en la entrada. Parecía realmente emocionada y por lo impaciente que estaba, mi instinto "colorido" me insinuó que se trata de alguien muy importante para ella. 

–Ya verás lo genial que es aquí, porque cuando se trata de deportes, no hay mejor lugar que Green Hearts. Hay dos canchas enormes para jugar futbol, una pista de atletismo para correr, una de mis especialidades –comentó orgulloso–, también hay para el tenis, jockey...

Aaron enumeraba todos los deportes que aquí se podían hacer y lo miré incrédulo cuando mencionó que también se realizaba equitación y golf.

–¡El golf no es un deporte como tal! –le aclaré, pero este solo se encogió de hombros.

–Para esta escuela lo es. Pero podríamos llamarlo el deporte de quién es más carismático y cómo hacer negocios –se rió bajito.

Ver a Aaron sonreír era como si una brisa de lavanda fresca soplara suave por mi rostro. De seguir así, podría meterme en problemas.

Nos detuvimos en el medio del pasto de unas las canchas de futbol. A mi alrededor, había unos pocos estudiantes que ya estaban practicando sus respectivos deportes. Llevaban el uniforme oficial de entrenamiento. Aaron me había obligado a llevar el mío hoy, muy a mi pesar.

Entonces mi compañero de cuarto sacó una pelota de fútbol de su mochila.

–¿Una partida amistosa? –me lanzó el balón con una hábil patada.

Yo apenas logré recibirla sin que se me escapara de los pies y Aaron se encogió de la risa, pero sólo se veía muy feliz.

Minutos más tarde, logré cambiarme tras unos arbustos por los shorts y la camisa deportiva con el símbolo y colores de Green Hearts. Luego, para mi pesar, descubrí que habían probadores para ahorrarse estas vergüenzas y que Aaron simplemente estaba molestándome como un niño pequeño. Estaba familiarizado con aquel sentimiento, dado que a Amy le encantaba ponerme en situaciones incómodas siempre que mamá no nos estaba vigilando cuando ibamos de compras o salíamos a pasear a algun lado.

Una vez que me reuní con él en la cancha, le di una patada de lado por detrás y este sólo pegó un pequeño salto mientras se sobaba el trasero risueño.

–Madura ya –le espeté riendo.

–Si me ganas en este partido amistoso lo pensaré. El primero que anote cinco goles al arco gana.

AARON ES HADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora