A Sergio le había costado entregárselo, algo dentro de él le decía que permaneciera más junto al bebé, que le entregara amor y protección, que bien podía ser suyo. Pero ya lo había tenido mucho tiempo en sus brazos y Yuki tenía que irse.
Él notó el apego de Sergio hacia su bebé, por lo que solo le dijo que reconsiderara su decisión.
—Fue un placer haberte visto de nuevo, Sergio. Sabes que mi hogar es también tu hogar, así que no dudes en visitarnos, quizá ahí también podré conocer a tu alfa. —le guiñó el ojo, a lo que en respuesta se sonrojó.
—Me encantó tu visita, Yuki... Sabes que este hospital también es tu trabajo, así que estaré esperando impaciente para cuando vuelvas —sonríe—. Pero primero cuida bien de tu cachorro.
—Por supuesto, espero verte pronto con el tuyo. —le da una sonrisa dulce, como dándole ánimos con respecto al tema del tratamiento.
Sergio comenzaba a considerarlo. Aunque nada era seguro, ya que hace una semana no sabía nada de Max, y el alfa parecía no tener intenciones de buscarlo.
Algo dentro de él se quebró, su omega le exigía que fuera por su alfa, que no lo dejara ir, y como Sergio no le hacía caso, ahora sentía a su omega muy lejos de él, enojado.
—Déjame meditarlo —responde, saliendo ambos a la recepción.
—Si no lo tienes primero, entonces yo me adelantaré con el segundo bebé. —ríe divertido.
Sergio ríe divertido, sin embargo esa risa no le dura mucho. Una punzada se incrustó en su pecho de repente, sudando frío. Inmediatamente deja de reír y mira asustado a los lados, su instinto animal le decía que había algo mal, que buscara hasta encontrarlo. Podría hacerlo más rápido si su omega cooperara, pero este no tenía intenciones de aparecerse.
—¿Sergio qué tienes, qué pasa? —pregunta Yuki preocupado al verlo como miraba a su alrededor, era como si estuviese buscando algo.
—N-No sé... Presiento que algo va mal pero no sé qué es... —comenta asustadizo.
Un ligero aroma a gencianas hizo al omega de Sergio y a él reaccionar, eso no era normal. Entonces se dio cuenta que eso tenía que estar relacionado con su alfa, no había otra razón por la cual estaba tan a la defensiva. Pero... Si no había un lazo todavía, ¿cómo era posible sentirlo en peligro?
Es nuestro alfa. Es Max. ¡Está en peligro, búscalo!
El corazón de Sergio latió con más fuerza al darse cuenta de lo que estaba pasando. Ese mal presentimiento se debía a su alfa, algo debía estar pasándole para que su omega se pusiera en alerta, tanto así que volvió nuevamente después de tiempo ausente.
—Max... Mi alfa... —murmura.
—¿Qué tiene? ¿Qué pasa con él? —inquiere Yuki, hasta que la respuesta se le pasa por la mente al ver a su amigo tan desesperado. —¿lo sientes en peligro?
—Yo... No sé... Creo que sí, mi omega está inquieto y quiere que lo busque pero nisiquierasédóndeestá —comenta rápidamente, nervioso.
Sabía que entre destinados las conexiones eran más fuertes, pero jamás creyó que aun sin un lazo podría sentir a su alfa en peligro.
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don't fall in love with Max Verstappen ; chestappen
FanfictionDel odio al sexo hay un solo paso... ¿O como era? Sergio Pérez ha logrado convertirse en uno de los mejores doctores de todo Londres, a pesar de las ambiguas creencias que su difunto padre le había inculcado al ser un simple y débil omega. Sin embar...