10: I'll give you all i have (Epílogo). 🌱

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Ese día Sergio había despertado con los rayos del sol directamente en su rostro. Max ya había corrido las cortinas y la luz se dejaba ver en todo su esplendor por la ventana.

—Buenos días. —Max sonrió al verlo bostezar y tallarse los ojos aún con sueño.— ¿Cómo dormiste? ¿Te encuentras mejor? —pregunta preocupado.

Sergio sonrió aún somnoliento y sin abrir los ojos le contestó.

—Dormí como un bebé. —comenta—. Amanecí bien, estoy seguro que fue la cena la que me cayó mal.

Max soltó un suspiro no muy convencido. En realidad comenzaba a preocuparle mucho su salud. Sergio estaba extraño desde hace una semana atrás, comía demasiado en las noches y siempre asaltaba el refrigerador en las madrugadas. Max no se había dado cuenta de esto hasta que un día se levantó de madrugada por un vaso de agua, y lo vio sentado en el comedor con un bote de pollo frito.

Creyó que sólo se debía a su increíble aumento de apetito y de peso, porque sí, lo veía más rellenito que antes. Pero no pensó que fuera algo serio hasta la noche pasada, donde ambos terminaron de cenar tranquilamente y a los cinco minutos Sergio tuvo que correr al baño para vomitar todo.

—Oye... Sé que eres doctor, pero por favor, no te descuides, ¿sí? Me dices que solo fue algo que te cayó pesado, pero la verdad es que... Estás... comiendo más de lo usual.

No lo estaba criticando, simplemente le estaba dando una curiosa observación que no podía pasar por alto. Pero Sergio se lo tomó a mal, ya que abrió sus ojos y lo miró seriamente.

—¿Me estás diciendo gordo?

—¿Qué? No, no dije eso, Sergio. Es solo que estás comiendo mucho y quizá eso te está afectando...—Max se refería a las repentinas náuseas que presentaba, pero eso no había sonado como quería, y Sergio lo miró con los ojos llorosos.

—Me dijiste que no estaba gordo, que harías dieta conmigo... ¿Acaso ya no soy atractivo para ti? ¿Es porque estoy perdiendo mi cintura? ¿Es eso? ¿Ya te fijaste en otro omega? —inquiere al borde las lágrimas.

Max estaba sin palabras. Solo le había dado un simple comentario y ahora Sergio estaba a punto de reventar del llanto. Algo que comenzaba a preocuparle ciertamente. Sergio había estado muy sensible los últimos días. Se reía por todo, lloraba por cualquier cosa, y se enojaba hasta por recibir un piquete de mosquito. Todo eso lo descubrió ayer en la noche cuando vieron una película.

—Uh, y-yo no dije eso...

—¡¿Ahora me estás diciendo mentiroso?! ¡Lo insinuaste! —limpia sus lágrimas y frunce el ceño, sintiéndose molesto.

Era como una montaña rusa de emociones, Sergio se sentía muy sensible, en todos los sentidos.

No le tomó tanta importancia porque creía que solo se trataba de los síntomas del próximo celo, ya casi habían pasado tres meses desde la última vez que estuvo con Max, y si su fecha no fallaba su celo le llegaría en una semana, y con ello, algunos síntomas como los que ahora, claramente presentaba.

—Sergio... Está bien, perdóname, yo no quería...

Max solo se rindió. Había aprendido a lidiar con Sergio y sabía que por más que lo intentara no ganaría una pelea, así que era mejor rendirse que discutir por media hora sin sentido. Le salía más rápido rendirse y pedirle perdón por... Algo que no estaba seguro si había sido su culpa.

—¿Puedes perdonar a este tonto alfa que está tan enamorado de ti pero que es un insensible? —lo toma del mentón, dándole un tierno puchero. Sergio lo miró con seriedad sin dar el brazo a torcer. —¿Y si te hago el desayuno?

don't fall in love with Max Verstappen ; chestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora