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Disclaimer: los personajes de BNHA no me pertenecen, son propiedad de Kōhei Horikoshi.

Advertencia: AU. Sugerencias sexuales. Posible Lime. Lenguaje vulgar.

Aclaración: Kirishima tiene el cabello negro, por ahora.

Cómo son amigos desde niños, no veo problema con que usen sus nombres y no sus apellidos. Editado y publicado nuevamente.

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A través de la pared
Uno
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Se encontraban en el metro de regreso a su edificio después de un largo día de clases. El zumbido monótono de los vagones llenaba el ambiente, creando una atmósfera de tranquilidad que contrastaba con el tumulto del día escolar. A pesar de su cercanía, hoy un inusual silencio parecía envolver a Kirishima, y Bakugō no pudo evitar notarlo.

— Hey —llamó Bakugō, observando a Kirishima con los ojos ligeramente entrecerrados—. ¿Qué te pasa? Estás callado.

Kirishima se mordió el labio inferior, indeciso sobre si debía abrirse con el rubio o no. La luz tenue que se filtraba por las ventanas del metro reflejaba la indecisión en su rostro. Finalmente, decidió responder, aunque con cierta timidez.

— No es gran cosa, bro —dijo en voz baja, desviando la mirada hacia la ventanilla—. Solo que... hoy ha sido un día un poco extraño en la escuela, supongo.

— ¿Extraño? ¿Qué pasó? —Bakugō notó que Kirishima evitaba su mirada, lo que lo llevó a preguntarse qué estaba ocultando su amigo. Sin embargo, optó por no presionarlo de inmediato.

— Nada grave, en serio. Solo algunas conversaciones incómodas en clase.

Bakugō asintió, comprendiendo que Kirishima no quería profundizar en ellos. Con cierto recelo, intentó cambiar de tema para aliviar la tensión en el aire.

— De acuerdo, no importa entonces —tomaron asiento una vez que unos pasajeros frente a ellos abandonaron el vagón, aún les quedaba unos minutos más de trayecto y tras la clase de gimnasia, ambos estaban agotados—. ¿Vamos a mi apartamento para hacer la tarea de matemáticas esta noche?

— Bueno, sabes que no puedo hacerlo solo —admitió Kirishima avergonzado, soltando una risa nerviosa mientras aceptaba el auricular que su amigo le estaba ofreciendo—. Pero no puedo, debo hacer la cena, mamá llegará cansada del trabajo.

El rubio permaneció en silencio mientras elegía una playlist en su teléfono, una vez que la encontró, guardó el móvil en su bolsillo y volvió a dirigir su atención en él.

— Podemos hacer la tarea en tu apartamento, y puedo ayudarte en la cena —dijo, recostándose en el respaldo del asiento—. Porque si cocinas solo, quemarás tu apartamento y seguramente el mío.

Kirishima se sorprendió gratamente por la oferta de su amigo. A pesar de su actitud aparentemente dura, Bakugō siempre estaba dispuesto a brindar su apoyo.

— Me gusta la idea, seguramente a mamá le gustará que nos acompañes.

El corazón de Kirishima latía más rápido ante la perspectiva de pasar tiempo juntos en su apartamento. A pesar de su exterior hosco, Bakugō siempre encontraba formas de estar cerca de él, y eso era algo que le gustaba mucho. Aquella sensación no era nueva, pero la pregunta que Ashido le había hecho regresó velozmente cuando fue capaz de notar que quizá, la forma en que se alegraba con Bakugō alrededor, no era normal. Negó para sí mismo, intentando convencerse de que las palabras de Mina solo estaban confundiéndolo.

A medida que continuaron su camino a casa, compartieron auriculares y comenzaron a hablar en voz baja de temas triviales, disfrutando de la cercanía y la compañía del otro. Finalmente, llegaron a su estación y caminaron hacia una tienda cercana para comprar los ingredientes para la cena que prepararían juntos. El bullicio de la ciudad los rodeaba mientras elegían cuidadosamente los productos, discutiendo animadamente sobre qué ingredientes agregarían a su comida.

A través de la pared |BakuShima|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora