CAPÍTULO 9. Recuperación

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Despertó repentinamente de su sueño y miró a su alrededor desorientado, según recordaba había caído dormido en una de las tantas camas del área de urgencias de su clínica, sin embargo ahora se encontraba en los brazos de su peculiar pelirrojo, antes de siquiera preguntarse el por qué estaba a su lado, Kid ya lo miraba atentamente y se adelantaba a contestar su mudo cuestionamiento.

—Aún queda tiempo para que descanses— habló mientras aferraba a Law a su pecho y lo mantenía cerca.

El pelinegro suspiró cansado, claro que deseaba dormir más, pero sabía anteponer su trabajo ante cualquier situación —Debo ir a ver a Penguin-ya— dijo para alejarse del otro y encaminarse a la salida de la habitación.

—Creí que habías dejado a Penguin registrar sus propios signos— le reclamó con cansancio Kid, mientras lo seguía de cerca.

—Si, pero él sigue siendo un paciente— defendió Law quien sacaba su celular para leer un mensaje entrante sin detener su paso a la habitación de su paciente.

Al entrar se encontró a Killer parado algo alejado de su paciente y a éste hablando animadamente con Sachi, su mejor amigo y para su sorpresa un médico general.

—¡Law-sempai!— exclamaron los menores al verlo entrar y le sonrieron de igual modo.

El día anterior había conocido al mejor amigo de su paciente y toda la tarde la pasó agobiado con preguntas de procedimientos médicos que había realizado años atrás. Para su sorpresa ambos chicos manejaban el lenguaje médico mejor que muchos colegas del hospital al que prestaba servicio, algo que le agradó mucho a Law. El nombrado no respondió y solo se dedicó a tomar la ficha clínica de su paciente y revisar que todo estuviera en orden.

—El conteo de plaquetas de Penguin son algo bajos— se anticipó Sachi, un chico pelirrojo quien usaba un gorro grande en forma de ballena.

—Tal vez se deba a que hace un mes tuve anemia... — aseguró Penguin, que ahora notaba Law, también tenía un curioso gorro solo que tenía un pequeño pingüino en la punta.

Law sonrió de lado, que ambos fueran médicos le ahorraba el tiempo de explicar las condiciones médicas, algo que le empezaba a gustar. —Aún está en el rango adecuado, si eso cambia nos preocuparemos— habló casi con desinterés, volteando su mirada hacia Kid y Killer quienes dejaban la habitación con la excusa de ir por algo de comida, —¿Qué saben de la enfermedad de Von Hippel-Lindau?— preguntó Law a ambos chicos cuando se vio solo en la habitación.

Ambos jóvenes vieron con emoción al otro y casi pelearon por ver quién respondía primero al cuestionamiento —Es una neoplasia sistémica hereditaria caracterizada por la predisposición al desarrollo de múltiples tumores y quistes en diferentes órganos, se asocia con la alteración en la degradación del factor inducible por hipoxia, lo que conduce a una sobreexpresión de genes relacionados con la angiogénesis— habló Sachi con algo de prisa en su voz.

Law asintió con aprobación —Dilo en términos simples— insistió.

—Es una condición genética rara que causa el crecimiento de tumores y quistes en diferentes partes del cuerpo y pueden ser tanto benignos como malignos.

—¿Diagnóstico?— esta vez Law se dirigió a Penguin.

—Dado que es una enfermedad hereditaria se establece en base a criterios clínicos y genéticos individuales, incluyendo la detección de mutaciones patogénicas en el gen mediante secuenciación de ADN. Se deben realizar evaluaciones oftalmológicas anuales, resonancia magnética (RM) del cerebro y la médula espinal, RM del abdomen, y pruebas de catecolaminas en plasma.

—¿Tratamiento?— preguntó cruzándose de brazos.

Ambos chicos se miraron antes de Penguin contestar —No hay cura para la enfermedad, pero el tratamiento se enfoca en el manejo de los tumores individuales...

CEDER EL CONTROL -KIDLAW-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora