Capitulo 4

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Venus

Mis ojos vieron como aquella fortaleza se derrumba poco a poco, mi sonrisa  se creció más al ver a Edward de rodillas, aún seguía en la misma posición desde hace horas.

Briana vino a mi lugar y me susurró a la oído.

—Debemos irnos la policía llegará en cualquier momento..

Le hice seña a Rey y Robert para que se monten el auto. Rey me mira y me entrega las llaves del coche.

—¿Que haces?

—Lo obvio—levanta los hombros sin importancia—Es tuyo, así que andando.

Lo miró sin entender, pero lo hago caso y me monto en el auto. Pongo las llaves en la cerradura y prendo a la bestia que ruge como si estuviera esperando este momento.

—¡Pero que belleza!—Exclamo encantada con el auto, arranco a toda velocidad sin importar a quién dejo atrás, en menos de media hora llego al aeropuerto de inglaterra donde me espera mi Jets privado el Cessna Citation X+, un avión que puede viajar a Mach 0.935 o 1154 km/h, con una capacidad de 12 pasajeros, desplazándose hasta 5.980 km. Salgo del auto para llegar hacia la persona que me espera afuera del avión.

—Hola gatica—me dice Jess, una chica que es  mas mayor que yo, pero a la cual le tengo un aprecio.

—Hola—respondo el saludo al llegar a su lugar,—Ese apodo me gusta pero obviando eso salgamos de aquí.

Jess mira por encima de mi cabeza y mira a las dos  personas que viene en nuestra dirección.

—Hola agente Briana—saluda a mi amiga.

—Hola agente Santana—responde ella. 

Rober miraba la escena con molestia, haciendo un chasquido con los dientes. Nos miró una última ves y subió al avión.

—Bien debemos irnos— le hago una señal a Briana para que  salga a buscar el equipaje.

—Señorita Montenegro—me llama Jess antes de subir al avión—Es bueno tenerla de vuelta.

—Me alegra escuchar eso—me volteó en busca de alguien  el cual no veo por ningún lado 

Busco hasta que mis  ojos se topan con el chico que está rescotado en el auto mientras mira el cielo disfrutando el  atardecer.

—¿No vienes?—comento mientras me voy acercando a su lugar.

—En esta no princesa—dice mirándome a los ojos. El color azul de su mirada es tan intenso, cualquiera  diría que sus ojos no son azules,  por qué en la tarde pueden oscurecerse

—¿Por qué?—pregunte.

—No me  hagas preguntas que no tienen una respuestas—susurro

Rey termino con la cercanía y me agarró del cuello dándome un beso casto. Un beso que fue suficiente para yo entender de que se trataba.

—No me gusta lo que intentas hacer—digo dando dos pasos hacia atrás—Eso no estaba en el  plan.

—Exacto, no estaba—termino el—Tranquila princesa, voy a volver.

—¿Y eso cuando pasará?— mire aquellos ojos azules, que hacía que mis nervios perdieran ante el.

—Cuando menos lo esperes, aparecere y te llevaré conmigo.

Rey me da un beso en la  frente y se mete  al  auto y se pierde en la oscuridad. El era muy misterioso, cuando yo más lo necesitaba aparece y cuando ya termina  se esfuma.

sangre azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora