Price On Emotion

3. Louis

Mire a Harry mientras se movía nerviosamente en su puesto. Sus ojos seguían apartándose de mí, mirando alrededor de la habitación antes de mirar en mi dirección de nuevo. ¿Se dio cuenta de que estaba jugando con sus dedos? ¿O que su pie estaba rebotando arriba y abajo? Algo en él me hizo sonreír.

Él es una presa. Un conejito perdido en el bosque.

Todo en mí me hizo querer joder con él. Volvió a encontrar mi mirada, y esa estúpida sonrisa volvió a sus labios.

¿Cuántas veces se dejó caer a este tipo de cabeza?

Ya odiaba esa sonrisa. Nunca había visto nada tan malditamente falso en mi vida. ¿Quién sonrió después de que su padre idiota los vendió de todos modos?

"¿Así que quieres que te pague por montar mi polla?" Yo pregunté.

El rostro de Harry se puso rojo. "E-puede ser mi trabajo. No sé qué más puedo hacer que me haga ganar tanto dinero como eso. He oído hablar de personas que se venden a sí mismas. A veces ganan buen dinero".

Entrelacé mis dedos. "Sí, a veces", dije. "¿Quién dijo que estoy dispuesto a gastar mucho dinero en ti?" Me encogí de hombros. "No tienes idea de lo que estás haciendo, y ni siquiera he visto tu cuerpo. ¿Qué pasa si no estoy interesado?" Yo pregunté. "¿O qué pasa si quiero gastar cien dólares cada vez?"

La sonrisa de Harry desapareció antes de regresar. "Eso no es mucho," susurró. "Estaré aquí para siempre".

"¿Qué? ¿No te gusto?" Pregunté, levantando una ceja.

"No. Quiero decir: si. N-no lo sé —dijo finalmente honestamente, sus ojos recorriendo como si estuviera buscando a alguien. "Eso es muy bajo. Gastaste tanto en mí. Nunca podré devolverte el dinero si solo recibo cien dólares a la vez".

Me encogí de hombros. "Tendrías que chuparme más la polla".

"Creo que mi mandíbula se caería a ese ritmo", murmuró.

Riendo, negué con la cabeza hacia él. Me miró con curiosidad. Me recosté en el sofá, todavía sin saber qué hacer con él. Harry se puso de pie. Observé mientras se agachaba para quitarse la camisa por encima de la cabeza. Lo tiró a un lado. Para mi sorpresa, me miró todo el tiempo mientras se quitaba el resto de su ropa hasta quedar frente a mí. Desnudo.

Lo miré en silencio, negándome a mirar su cuerpo. Estaba tan ansioso de que yo lo aprobara. Fue divertido hacerlo esperar.

"¿Bien?" preguntó, cambiando de un pie al otro. "¿Qué opinas?"

"¿Acerca de?"

Las cejas de Harry se juntaron, apretando la boca. ¿Eso es ira? La expresión estuvo allí durante un minuto antes de desaparecer.

"No importa", dijo Harry, con un temblor en su voz mientras agarraba su ropa. "Yo solo-"

"Déjalas", le ordené mientras trataba de ponerse los pantalones. Se detuvo y me miró. "Quiero verte."

"O-está bien", murmuró, dejando caer los pantalones al suelo.

Finalmente dejé que mis ojos vagaran por su cuerpo. Harry era más grande que yo por al menos un pie. Por su perfil, recordé que solo medía un metro ochenta y tres. Su complexión era delgada, cabello castaño oscuro bien cortado y recortado junto con el resto del vello corporal. Una piel pálida y cremosa que necesitaba desesperadamente un poco de sol saludó mi mirada. Harry mantuvo su pene escondido detrás de su mano. Levanté una ceja, pero recordé que era más joven que yo. Una diferencia de edad de seis años era mucho para tragar. Tuve años para crecer en mi confianza mientras él todavía era tímido y dulce.