Price On Emotion

17. Harry

Camine de un lado a otro mientras esperábamos a que llegara el médico. Tal vez debería haberle dicho que fuera al hospital en su lugar.

"Siéntate, Hazz", ordenó Louis.

Me dejé caer a su lado, mi rodilla rebotando mientras miraba a hurtadillas hacia la puerta. "¿Por qué le está tomando tanto tiempo?"

Louis echó los hombros hacia atrás. Había algo mal con él, una tirantez alrededor de su sonrisa, y seguía aclarándose la garganta.

"¿Ya te calmarás? Ella está en camino". Cuando continué moviendo mi pierna nerviosamente, suspiró. "Estoy bien."

"Déjeme ver." Agarré su muñeca y acerqué su mano. Más sangre brotó, pero se había ralentizado un poco. "Lo lamento."

"Deja de disculparte. Tienes que aprender a disculparte solo cuando realmente has hecho una mierda".

Sin embargo, había hecho una mierda. Louis estaba herido por mi culpa. No pude mantenerlo unido; joder, yo era un desastre. Mi padre había trabajado duro para asegurarse de que valía la pena venderme, que era rentable y que todo lo que estaba haciendo era joderlo.

"Ey." Louis agarró mi barbilla hasta que me vi obligado a mirar sus ojos azules oscuro. "Suficiente. Si realmente lo sientes, conozco mejores maneras en que puedes compensarme en lugar de llorar".

"Ya no estoy llorando", sollocé.

"Son los pequeños milagros de la vida". No me había dejado ir, y descubrí que estaba contento por eso. Su toque era lo único que me mantenía unido.

No podía recordar la última vez que me había perdido así. Mi corazón todavía estaba acelerado, y mis ojos ardían por lo mucho que había llorado. necesito ser mejor

Louis había gastado en mí el dinero que tanto le costó ganar e incluso me estaba dando la oportunidad de pagarlo todo. Llorar y perder mi mierda no era la respuesta. Como dijo, podía conseguir sexo en cualquier parte, pero yo no quería eso. La alfombra se encontró con mis rodillas cuando me deslicé del sofá. Moví la mesa de café hacia atrás. Esto no era solo para mí. Me di cuenta por la respiración acelerada de Louis y sus miradas rápidas que necesitaba hacer algo por él. El sexo era todo lo que sabía. Dudaba que quisiera comer nada de lo que preparé a pesar de que ahora nos habíamos saltado el desayuno y el almuerzo.

Louis agarró mis manos y las liberé. Por favor, no te deshagas de mí.

"¿Qué diablos estás haciendo ahora?"

Observé su polla vestida. "Dándote una mamada".

Me agarró las muñecas. "Normalmente no soy un hombre que rechaza la cabeza decente, pero ¿Qué carajo?"

"Déjame hacer esto." Tiré contra su agarre, pero cedió poco, incluso con una de sus manos sangrando.

"Detente, Hazz. Acabas de gritarme por haber sido pasado de un lado a otro y con la promesa de ser usado de esa manera. Vamos."

Negué con la cabeza mientras tiraba de sus pantalones. "¡Yo sé eso!"

Louis agarró mis muñecas con más fuerza. La sangre corrió por su mano, rodando sobre su brazo. Mierda, me estaba equivocando aún más.

"Lo lamento. Voy a buscar una toalla".

El agarre de Louis se hizo más fuerte y me vi obligado a quedarme entre sus piernas.

"¿Qué te pasa por la cabeza?"

Mucho de todo. ¿Cómo le hago para explicar el caos que había en mi cerebro? No había palabras o expresiones adecuadas para darle. Solté un gemido bajito y Louis juntó nuestras frentes. Todo lo que podía ver y oler era él. Me aferré como si fuera un salvavidas mientras mis pensamientos acelerados se calmaban.