𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 𝘽𝙚𝙖𝙪𝙩𝙮 || 𝑳𝒂𝒆𝒏𝒂 𝑿 𝑽𝒂𝒆𝒈𝒐𝒏 𝑻𝒂𝒓𝒈𝒂𝒓𝒚𝒆𝒏

Capítulo 11||El amor joven

Dos años... Dos años llenos de cartas entre el príncipe Vaegon que disfrutaba de su trabajo como maestre en Antigua y la joven Lady Laena asentada en Kings Landing mientras seguia con sus actividades de batalla al igual que su madre Alyssa.

Laena disfrutaba de un hermoso día soleado pero no como el resto de sus amigas como Saera, Viserra o Rhaenys. Sino que ella aprovechaba ese sol para batirse en duelo contra su guardia real, Ser. Harold. Estos dos años ambos habían tenido un gran acercamiento, una amistad que se rumoreaba por los pasillos del castillo pero esos rumores también terminaban en rumorear supuestos encuentros íntimos entre ambos aunque su padre Baelon y la misma Laena negaban rotundamente.

También la corte empezaba a cuestionar el matrimonio entre Vaegon y Laena puesto que no habían "intimado" desde la noche de bodas y solo se comunicaban entre cartas. Pero ese tema de conversación no le daba ninguna preocupación a la joven, es más agradecía que fuera así.

Mientras Laena combatía contra Harold ella terminó enroscando su espada con la suya consiguiendo que soltara su espada, haciendo su victoria de nuevo.

—Estáis avanzando gratamente mi Lady.

—Tengo el mejor tutor, mi tío y mi padre.

—Grandes maestros debo decir.— comento con una sonrisa traviesa.

Laena solto una pequeña risa acercandose a el. Sus ojos conectando entre el silencio entre ellos y, aunque los rumores de que habia algo más que amistad entre ellos era falso, Laena era incapaz de contener ese deseo adolescente de que fuera algo más.

Pero Laena era consciente de su posición y la de Ser Harold. Por mucho que ella deseara no daría ese paso para que en un futuro la traten de fresca o acusen la legitimidad de sus futuros herederos. Además de que sabia que Ser Harold era muy fiel a su juramento como escudero y protector de la familia real, no iba a romper algo tan preciado.

Entre el silencio Ser Harold solto una suave risa mirando hacia ella.

—Acaso desea decirme algo? O hice algo mal por lo que reciba un castigo?

—Oh no, en todo caso merecería un premio.

—Y que premio puede otorgarme?— dijo acercandose más a Laena juntando sus torsos.

Laena sintió como su respiración se cortaba, como esas palabras tan atrevidas hacían que su cabeza se descolocara. Pero rapidamente nego con su cabeza mirando hacia arriba para juntar sus ojos.

—Que premio desearias?

—Uno tan prohibido que hasta el más fiel se sentiria tentado a arrebatarlo.

La mirada de Ser Harold se poso en los labios de Laena y lentamente se inclino hacia ella para estar incluso más cerca.
Laena estaba sorprendida por sus palabras y en cuanto a su acercamiento se quedo sin saber que decir o hacer. Miro de un lado a otro viendo que no habia nadie y cuando volvió a mirar hacia el sus labios conectaron en un suave beso.

Un beso lento y gentil, sin prisa. Ser Harold rodeando su cintura con el brazo libre para acercarla a él con intencion de profundizar aquel beso.

Laena sentía que se derretia pero algo en ella le decía que eso no estaba bien, que no era lo correcto y en cuanto volvió a la realidad ella misma rompió ese beso alejándose un poco con la respiración entre cortada.

—Harold... No podemos...

—Mis disculpas Lady Laena, no quería hacerla sentir incómoda.

—No es eso, es simplemente que... ojalá las cosas fueran distintas. — tomo aire y volvio a mirar a sus ojos.— Puede que sea rebelde y testaruda pero se sobre todo que ambos tenemos unos deberes que no queremos romper. Se tu gran lealtad y honor al cuerpo de caballeros, ambos sabemos que un escándalo como este acabaria con este destino tuyo...