No Soy Bruja!

Capítulo VII: Deja Vu.

Welser. A partir de allí, aumentó el número de vigilantes en la frontera con el bosque mientras pensaba qué hacer con respecto a la situación. Estaba bastante preocupado, no por la seguridad del pueblo, sino porque  los pueblerinos y el resto de los reinos podrían darse cuenta de la maraña de mentiras que tenía detrás de las puertas del Castillo.

Welser era un hombre recto, de pensamiento ambiguo y de poca moral. El hombre en su juventud habría participado en una guerra que arrasó con parte del Reino y de su familia, una guerra la que se llevó a cabo por su pueblo, el bosque e Idarla, el pueblo natal de Victoria.

Idarla y Angora tomaron términos de paz para que ambos reinos pudieran resurgir por las buenas, por otro lado, el padre de Welser vio lo poderoso que puede ser la magia del bosque y le atemorizo que en un ataque de venganza ellos decidieran quitarle el trono y el Reino por las malas, ya que todo lo que habitaba allí fue alguna vez parte del bosque.

Así decidió hablar con los monarcas, los líderes de cada una de las especies mágicas para quedar en un acuerdo de paz, surgiendo así la J. R. M. (Junta Real Mixta) Para sí alguna vez a alguno de los dos lados ocasionará un disturbio, se podría hablar de buena forma o acabarlo de forma rápida solo con la condición de que los habitantes del bosque no pasarán al lado del pueblo y el lado del pueblo no pasará al lado del bosque.

Con lo que no contaban era que una ruptura mágica abriera un pequeño, pero poderoso portal hasta el inframundo el cual por fortuna de todos fue sellado por las Hadas, pero no evito que el monarca del inframundo se percatara de esto y pidiera hablar con el padre de Welser el rey Arquimides y la Junta.

El monarca del inframundo hablo personalmente con Arquimides para advertirle sobre "La caída del cielo" y el impacto de las brujas en el lugar, tras advertirle y conversar un poco con él le entregó cuatro libros uno para cada regente incluido el mismo, los cuales solo podrían ser leídos por los propietarios o los herederos de ellos.

El monarca del inframundo le dijo a Arquímedes que le entregaría un libro a Salina el Arcángel que cuidaba las entradas del cielo ya que ella y las criaturas angelicales tenían que estar al tanto del cambio ya que serían parte de la Junta desde ese día en adelante.

Arquimides hizo lo que se le ordenó y sin abrir un solo libro les entregó uno a cada participante de la J. R. M.

Luego Arquimides hablo con parte de la Junta a escondidas, dejando por fuera a la regente de las brujas para advertirle a la regente de los Terix y criaturas nocturnas, a la regente de las Hadas y criaturas del ambiente, sobre que el monarca del inframundo les advirtió sobre las brujas y hechizos de las mismas y el peligro que ellas traían,  no solo para el bosque, sino que para el resto del reino. En mayoría estuvieron de acuerdo en que tenían que acabar poco a poco con las brujas.

Pronto las brujas empezaban a desaparecer por causas desconocidas, a veces salían de noche para ir al pueblo para buscar ganados y nunca regresaban, otras solo fueron muriendo por causas "naturales".

La regente no tardó en darse cuenta de que la mayoría de las brujas y hechiceros empezaron a escasear. Ella trato de hablar con Arquimides pero era muy tarde, el rey murió por un veneno desconocido, dejando así el trono a su hijo mayor, Welser.

La bruja trato de hablar con el jóven y actual rey pero sus esfuerzos fueron en vano. Welser por venganza a su padre creyendo que fue una maldición lo que lo mató decidio romper las normas que tenían en la junta, asesino a sangre fría a la bruja dejando huérfana a la pequeña hija de la misma.

Los regentes mágicos no tardaron en darse cuenta de eso y decidieron hablar con Welser, todos se presentaron ante él incluido el regente del Inframundo y la Arcángel. Welser solo conocía a parte de la junta por lo que nunca había visto en persona a los dos poderosos, Arcángel protector y el atemorizante rey del inframundo.

El joven rey sintió que un escalofrío recorrió su espalda al ver la maravillosa tes de Salina y su magnífica vibra angelical, mientras que al ver al mismísimo rey de las tinieblas frente a él sintió terror el cual nisiquiera su padre había sentido al interactuar directamente con él pareciera que nadie le tenía tanto temor como él como si sintiera que le debe algo, era un temor simplemente inexplicable.

Welser explicó a la Junta lo acontecido, Salina, y Fliny observaron a Welser con algo de inquietud ellas nunca estuvieron convencidas por completo de la acción que quiso tomar Arquimides por al fin y al cabo todo su cometido estaba echo. Luego de la Junta el monarca del inframundo llamo a Welser para hablar con él al privado, él aceptó y se alejaron un poco del lugar de la Junta para conversar.

-Ocurrió lo que pensaba- Le dijo el gran y alto hombre con un tono tranquilo. Welser se extraño por lo que dijo

- ¿De que habla?-

- Malentendieron mis palabras y ahora tendrán que pagar caro en un futuro. Pobres de aquellos que por vanidad pierden lo que tanto cuidaron-

Le respondió mientras se alejaba del lugar para irse. Welser en un intento de averiguar a que se refería lo detuvo un momento, el monarca paro en seco al escuchar una pregunta proveniente de Welser.

-¿Como se llama señor?-

-Zack- Le contestó mirándolo por encima de su propio hombro sin voltear a verlo por completo.

-Un extraño nombre para alguien como usted ¿No cree? -

- Je.. ¿Y el tuyo es mejor,Welser? Tu padre siempre tuvo pésimo gusto por lo que veo-

-Lo conoció bien entonces-

-Lo suficiente para saber lo vanidoso y egoísta que era, tratamos de darle una solución pacífica pero quizo irse por un mal camino y por lo que estoy observando su hijo va por el mismo rumbo - Dijo en una voz gélida  mientras voltea a verlo y le se le acercaba un poco.

-Me esta subestimando señor mi gente y yo estamos dispuestos a proteger mis tierras de todos y todo...  Mi padre era un hombre honrado y lo suficientemente inteligente como para no confiar en ninguno de ustedes-

- Ah, o sea que estas dispuesto a enfrentarte a las llamas del inframundo y el castigo divino, ¿no?mejor piensa antes de hablar- Zack se fue del lugar y Welser se quedó minutos parado en el mismo lugar, sus piernas y brazos dejaron de responder a algún movimiento por el temor. Salina lo miro y se le acercó a lo que Welser la miro con los ojos cristalinos y a los segundos bajo rápido la mirada al piso ya que tenía que tener el permiso directo del angel para poder miralo

- ¿Que ocurre?... Se que nos tienes miedo a al señor Rutwell y a mi, pero no temas le ocurre a cualquiera que ve por primera vez a un demonio y a un Arcángel- Le dijo de forma empática

- Me imagino que si, disculpeme Salina-

-Mireme y arrodillate - Al escuchar las palabras de Salina. Welser la miro de inmediato y acató su orden como si de una hipnosis se tratara. Ella tenía una expresión sería y que provocaba algo de temor

-Tu ingenuo e inútil padre callo en la misma trampa que tú. Le tienes respeto a Rutwell y a sus subordinados. Que escoria. Tu padre y yo hicimos un trato, nos entregaría el libro que les dio Rutwell a cambio de Armas capaces de matar demonios de un solo golpe y sangre divina capas de curar cualquier enfermedad pero se aprovechó de mi confianza y rompió el trato, cazo y asesino a mis Ángeles durante un largo tiempo- mientras Welser escuchaba cada vez más se le iba formando una sonrisa mientras seguia mirando a Salina.

-Ya lo sabía. Mi padre me crio para ser una copia suya perfecta, para tener todo en orden y el pueblo contento sin que ustedes puedan hacernos nada solo por tener ese libro en nuestro poder es gracioso que en vez de servirle a usted, usted me sirve a mi. -  Los ojos de Salina ardían en odio alejándose unos pasos del rey mientras él le sonreía de forma casi macabra. Sin decir nada Salina se fue pero sin antes advertirle a Welser que se arrepentiria de todo lo que a estado haciendo. Finalmente Welser se logró levantar y regresar al palacio a cumplir sus obligaciones notoriamente satisfecho con como había finalizado su día.