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Siempre dormía a su lado, no podría alejarme de el, sentir su calor era la experiencia más exquisita en el infierno, por ello siempre dormía a su lado, dormía haciéndolo preso de mis abrazos, siempre me mantenía a su lado, yo era la estrella que cada noche venia a hacerle compañía y de ello nunca me arrepentiría, a veces deseaba poder gritarle una y otra vez "Mi amor, mi amor, estoy aquí, ¿No lo ves?" .
Durante las noches mientras pasaba mi mano por su cabello, constantemente me preguntaba, ¿Qué haría sin el? El mundo podría decir que yo siempre hacia lo posible por el, pero lucifer en mi hacía muchísimo mas de lo que los demás tenían permitido ver, nuestra relación era algo de lo que nunca me arrepentiría haber cometido, para mi lucifer era mi paz, mi luz, mi sol, mi fuerza y eso lo llevaba a ser mi único amor, existían muchísimas formas de amar a alguien, y lo que yo tenia con el era autentico, tanto así que ni siquiera el cielo era suficiente para representar mi amor.
Sus movimientos me sacaron por completo de mis pensamientos, Luci se encontraba moviéndose bruscamente, buscaba salir y yo lo solté, se levanto de golpe, se encontraba llorando.
—. ¡NO!... —. El empezó a buscar desesperadamente entre la oscuridad. -. ¿Al?-.
Me buscaba, y yo inmediatamente lo tome por las manos y pare su desenfrenada búsqueda, al inicio tenía un rostro de angustia y tristeza, una vez yo tome sus manos donde ahora depositaba un beso en cada una, su rostro cambio, era uno mas de alivio y seguridad, le di un apretón a sus dos manos antes de soltarlas para poder limpiar sus lagrimas, pasando mis manos sobre su rostro.
-. ¿Un mal sueño cariño? —. Susurré entre la oscuridad que nos dividía a los dos, limpie la ultima lagrima que dejo caer y aparte mis manos.
—. Un sueño horrible Al...—. Lucifer soltó aun afligido por lo que había estado soñando, verlo me hacía querer esconderlo en mi pecho, ser testigo de sus sueños y eliminarlos por completo de sus sueños. —. Creía que te perdía, que perdía nuevamente todo, pero entre todo eso, te perdía a ti.—
A veces lucifer era tan diminuto para mi, tan sensible, delicado y temía de lastimarlo.
—. Lucifer, eso es imposible, dime, ¿quien te alejaría de mi? —. Y antes de que el abriera sus labios para responderme, me acerque a dejar un pequeño beso sobre sus labios, estaban un poco salados por las lagrimas de antes, no me importo, seguían siendo sus labios, los únicos que podría besar en todo el infierno y vida misma, ahí en sus labios existía lo que mi alma necesitaba. Me separe y le regale una sonrisa de las mas cálidas que podía dar en ese momento, el me miro con duda y yo seguí frente a el.
—. Siempre estaré... muy cerca de ti.—. Posicione uno de mis dedos sobre su pecho, lentamente fui colocando mi mano completa sobre su pecho. —. Me veas o no, me vas a sentir, en cada dudar, en cada temor, por no decir que en cada emoción, ya sabrás que ahi donde estuve; estoy y estaré.—. Y ahi donde había dejado mi mano, di pequeñas palmadas, eso hizo que Lucifer sonriera un poco, habia logrado mi objetivo.
