SINOPSIS.

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—Pero qué le vamo' hacer
Si a ella le encantan lo' maldito








































—Phil...

—Las ganas que tengo de arrancarte esa camiseta y hacer que la muerdas mientras te parto toda la noche me están ganando, así que cerrá la boca. —Apretó todavía más sus dedos alrededor de mi cuello, arrebatándome el aire en segundos con solo escucharlo hablar sin pelos en la lengua, mirándome con su mandíbula apretada y esos penetrantes ojos claros que me intimidaban más de lo que quería admitir. —¿Qué querías lograr? ¿Esto? ¿Más atención? —Intenté formular palabra, pero sabía que si lo hacía sería peor. —Lo lograste, Ariana, porque ahora en la que te vea cerca de Fernández me vas a conocer.

Llevé mi diestra hasta la suya, deteniéndola sobre su muñeca, como si eso suavizaría el agarre en el que ejercía presión. —Yo no hice nada... —Susurré, casi que distraída por lo bien que sonaba su acento británico al hablarme de esa manera tan rústica. —No hice nada malo, amor... —Mentí, bajando mis ojos hasta sus labios de inmediato.

—Mírame a los ojos. —Ordenó, obligándome a acatar sus palabras. Era imposible hacer contacto visual con él tanto tiempo si tenía tanto poder con solo observarme como lo hacía. Con bronca, hambre, obscenidad. —No te traje para esto. —Analizó mis expresiones, suavizando extrañamente la presión de sus dedos, usando su posición para hacerme mirarlo tanto como quería. —Vos estás para complacerme a mí, Ariana, no a Enzo, no a Richard. A mí.  —Estableció, logrando que me quedara helada en mi lugar.

¿Como sabía de Richard?

—¿Cómo...

—¿Te pensás que la hacías bien de callada? —Preguntó entre risas, atrapando su labio inferior mientras su mirada se detenía en mi escote pronunciado, casi que inhibiendome con esa acción. —De vos me voy a enterar todo, amor, acá, en Argentina, en Brasil y hasta donde te imagines. —Su zurda se detuvo en mi cintura, despegando mi cuerpo de la fría pared a mis espaldas. —Porque sos mía y solo mía. —Clavó sus ojos en los míos, esperando una confirmación de mi parte.

No pensaba dársela ni soñando.

—Tuya y de quién me coja tan bien como me gusta, mi amor.






































—No me compare' no compito, pero contigo repito

EUROPA. | PHIL FODEN, ENZO FERNÁNDEZ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora