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“Esa mirada es la culpable, nos están mirando, vámonos.”

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Un suspiro frustrado dejó sus labios levemente temblorosos debido al repentino frío seco de Londres al que no estaba para nada acostumbrada como para no sentirlo

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Un suspiro frustrado dejó sus labios levemente temblorosos debido al repentino frío seco de Londres al que no estaba para nada acostumbrada como para no sentirlo. Su piel se estremecía debido a este a cada paso que daba fuera del aeropuerto y sus ojos buscaban desesperados por aquel auto que se le había sido asignado con anticipación a su aterrizaje en el país inglés, pero que pasando los minutos seguía sin encontrar. Había llegado hace unas horas al gran aeropuerto de Heathrow y recién hacían unos minutos que había conseguido salir del mismo para poder irse definitivamente después de más de quince horas de vuelo y escalas de por medio. Sin embargo, la sonrisa inevitable apareció en su rostro una vez levantó la mirada y reconoció el auto negro último modelo que cierto futbolista le había enviado, siendo su salvación del helado clima que comenzaba a molestarle y su pasaje a finalmente un descanso en una cama después de horas.

Saludó brevemente al chófer y se dispuso finalmente a encender su celular, con el fin de avisarle a sus padres y a Lisandro sobre su llegada al país y así dejarlos tranquilos hasta poder hablar mejor al día siguiente con mayor descanso. Aún así, su dispositivo no tardó en sonar, ocasionándole una gran sonrisa de solo ver el intermitente de la llamada entrante.

—¿Ya te puedo ver? —El acento inglés de Phil combinado por su voz levemente ronca causó tantas cosas en ella que no logró formular una buena frase tan pronto. —¿Qué? ¿No me extrañás? —Su voz risueña la hizo despertar.

Mucho. —Musitó por lo bajo, mordiendo su labio inferior suavemente en lo que desviaba su mirada a la ventana. Pero todavía tenía algo atravesado en su garganta. —¿No estás con tu mujer?

El silencio era demasiado ruidoso.

—¿Cómo?

—¿Se te olvidaba decirme el pequeño detalle de que tenés mujer y un hijo, Phil? —Preguntó, como si lo tuviera en frente para responderle aquella duda con miles de excusas absurdas. Ya le podía imaginar la cara. —Tranquilo que sé compartir.

Tampoco sería la primera y última con la que haría cornuda a la mujer.

Te lo tuve que decir, tenés razón. —Admitió tras unos segundos de análisis sobre lo que acababa de escuchar.

—¿Dónde?

—¿Eh? —Preguntó, sin entender su pregunta.

—¿Dónde nos vemos? —Volvió al tema inicial, causando una sonrisa amplia en el futbolista que inmediatamente se enderezó en su lugar.

Yo te paso a buscar.

Bueno. —Relamió sus labios la rubia, dándose cuenta de que ya se encontraba ingresando a la ciudad de Londres tras reconocer zonas más céntricas.

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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EUROPA. | PHIL FODEN, ENZO FERNÁNDEZ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora