𝐂𝐚𝐛𝐚𝐥𝐥𝐞𝐫𝐨 𝐗 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐚!𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚 𝐗 𝐘𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞!𝐑𝐞𝐲
❝𝐈 𝐰𝐚𝐬 𝐰𝐢𝐬𝐡𝐢𝐧𝐠... 𝐖𝐞 𝐰𝐞𝐫𝐞 𝐭𝐰𝐨 𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐩𝐞𝐨𝐩𝐥𝐞❞
Has reencarnado en un libro que leíste hace tantos años, sufriste una terrible muerte a manos de tú e...
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𝟏𝟎 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬
Años después de tu accidente las cosas habían cambiado drásticamente, el cambió mas evidente debía haber sido el de Syraes y Herae. Ambos se culpaban por haberte fallado ese fatídico día.
Te preparabas para el día que tenias por delante, tu vestido era azul marino con perlas y patrones intrincados decorándolo. De pronto Herae entra.
Herae entró para verte; a su esposa antes de irse temprano en la tarde. Él te miró con amor en la mirada mientras una doncella te arreglaba el cabello.
—Buen día, (T/N). Te ves absolutamente impresionante como siempre — dijo Herae, mientras caminaba hacia ti y colocaba su mano en tu cadera. Te diste cuenta de que estaba preocupado, un ceño fruncido estaba grabado en sus hermosos rasgos mientras pensaba para sí mismo y suspiraba. Tu sonríes —Gracias, Herae — dices suavemente notando su expresión —¿Hay algo que te moleste?— preguntas.
El ceño de Herae sólo creció mientras permanecía en silencio. Miró por la ventana mientras intentaba encontrar las palabras. —Saldré de la capital en unas pocas horas y estaré fuera por un tiempo — dijo.
Puso una mano en su mejilla antes de mirarla fijamente a los ojos. —No sé qué podría pasar una vez que me haya ido, sabes lo peligroso que puede ser, pero por favor prométeme que te cuidarás y que no abandonarás los terrenos del castillo sin la seguridad de uno de mis guardias vigilándote. — sostiene tú rostro.
—Sir Syraes estará aquí, también tienes a Daario que nunca permitirá que nada nos pase a Arya o a mí. Estaremos bien. No te preocupes por nada — dices mientras aprietas sus bíceps. Herae sonrió cuando un pequeño suspiro escapó de sus labios y sus manos se agarraron ligeramente las tuyas. La preocupación en su voz y la forma en que tú tranquilizaste sus preocupaciones eran nada menos que hermosas para él.
—Muy bien, intentaré dejar de preocuparme por ti mientras no esté — dijo. Ante eso, se inclinó y te plantó un suave beso en la frente antes de hablar con un tono más juguetón. —Pero al menos bésame una vez antes de irme...—
—Rey Herae. Tienes tres esposas más de las que despedirte — te ríes y apartas su rostro suavemente. Herae se rió entre dientes mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Tu siempre podía sacarlo de su mal humor, incluso cuando la presión de ser rey lo agobiaba.
—No les importará — dijo Herae. Su sonrisa aún permanecía mientras se inclinaba para robarte un beso rápido antes de besar tu frente una vez más. —Pero sólo porque eres mi favorita — el menciona —Sí, nunca has sido sutil al respecto — dices.
Herae sonrió mientras él tomaba tu mano. —Pero esa es la mejor parte de ser rey: puedo mostrarle a mi esposa favorita que la amo y aprecio más que a todas las demás esposas juntas — dijo Herae. Hizo una pausa para ver tu reacción antes de agregar: —Además, ¿qué van a hacer mis otras tres esposas al respecto? ¿Retarme a un duelo? —
