Desperté con un ánimo de mierda, quiero darle excusa que fue por dormir mal, mi cuerpo duele al estirarse, pero me duele más mi cabeza. Estaba muy estresado estos últimos días, quiero sentirme de otra forma y hasta ahora no encuentro solución para ese tema.
Tome mi teléfono abriendo la bandeja de notificaciones, sorprendiendome al recibir tantos mensajes este día. Me fui directo a WhatsApp para ver muchos números desconocidos, lo pasé de largo al captar el mensaje de Marc, abrí la bandeja leyendo el mensaje que había dejado.
"también extraño todo de ti, ¿mañana lo hablamos si? Que descanses Hec"
Sonreí al leer el mensaje, tal vez me quede como tonto releyendo la primer parte, él también me extrañaba. Ese mensaje se incorporó dentro de mi cabeza y en especial dentro de mi corazón, ya sentía ese palpitar desenfrenado dentro de mi cuerpo.
Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar tocar el timbre de mi casa. Mis padres se suponían que estaban trabajando, así que era el único en tener que abrir al susodicho que tocaba tan temprano mi casa. Bajé a pasos lentos por el dolor de espalda que tenía, no debí de haber salido ayer.
Al abrir la puerta me encontré a Marc bañado, estaba impecable a cambio de mi aspecto. Su olor del perfume invadió rápidamente mis fosas nasales, su carita había agarrado un destello diferente, mi mente se había nublado al verlo cara a cara, nunca iba a olvidarme de su lindo rostro.
— hola, perdón por la hora — hablo con su voz encantadora, mi cara no pudo esconder mi sonrisa al ver como se disculpara agachando la mirada apenado — pero te has dado cuenta la hora que es? Si no estas listo en 30 min posiblemente perdamos nuestra primera clase.
Mi cara cambió rápidamente a una alarmada. Mierda, estaba releyendo el mensaje que no me percate la hora que era, claro por eso estaba tan lindo y yo pensé que se había cambiado así para mi, estúpida mente.
— Mierda... Toma asiento, voy a ducharme y cambiarme rápido — lo tome de la muñeca para dirigirlo al sofá, hable tan rápido que no entendí mis palabras — lo prometo... Te quiero — lo tome del mentón dándole un beso tan rápido que mi cara se calentó por lo que había hecho, no medí mis palabras y menos mi acción estaba actuando en automático.
