12-Sorpresa

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La mujer estaba mirando incrédula a su hija y a Tn quien seguía sosteniendo su mano. La madre de Enid no daba crédito y les preguntó si se trataba de alguna clase de broma o algo, aquello le parecía demasiado irreal. Pensaba que era una estrategia de su hija para no aceptar el matrimonio.

―¿Le has pedido que se haga pasar por tu novio?―preguntó ella―no creo que...no, esto no puede estar pasando. Tn, dime la verdad.

―Está es la verdad señora Sinclair...yo...estoy enamorado de su hija―dijo firme, no se notaba ninguna clase de nerviosismo.

―No, esto no puede estar pasando...

Tn tomó a Enid y la besó ante la sorpresa no solamente de la mujer, sino de la propia loba al hacer eso delante de su madre provocando un sonrojo en ella. La rubia cerró los ojos cuando fue besada cuando de pronto escucharon un golpe.

Al voltear, la mujer se hallaba en el suelo inconsciente.

―¡Mamá!―gritó ella corriendo a socorrerla.

―Solamente se ha desmayado, la llevaremos a la habitación―comentó cargando a la mujer―lo siento, es mi culpa.

―No te preocupes...no me ha molestado―dijo algo roja.

Al llegar, la tumbaron y prepararon un poco de té para cuando despertase.

Fue al cabo de unos veinte minutos, tras un poco, logró centrarse donde estaba y porque estaba allí. Le dolía un poco la cabeza, tomó con sus manos el té y lo fue bebiendo despacio, poco a poco en pequeños sorbos ante la mirada de su hija y el mayordomo.

―Que vergüenza...desmayarme así...―decía.

―Mamá, no es para tanto...

―Primero no podías enlobar, luego te enamoraste de ese Ajax y ahora esto...cielos santo...

Los estuvo mirando durante unos cuantos segundos antes de hablar.

―Tn, eres muy inteligente...¿cómo has caído en esto de enamorarte de ella?

―Estoy aquí mamá―comentó ofendida.

―Es cierto que es algo dramática, colorida...chismosa...

―Si, lo último especialmente...―bebió otro poco.

―¡Eh, que sigo aquí delante vuestra!

―Pero también es alegre, inteligente, tiene una sonrisa muy bonita y es una persona a la cual se le coge cariño enseguida―la miró y al verse observada por él con aquellos ojos, se sonrojo mucho teniendo que cubrirse la cara―sé que puede pensar que he aprovechado mi posición de mayordomo, pero ni mucho menos. Yo realmente amo a su hija.

―Ya veo...supongo que de nada sirve tratar de discutir sobre este tema...―la mujer dejó la taza sobre la mesita cercana―¿realmente esto es lo que quieres Enid?.

―Si, yo...me siento muy bien con Tn, es un chico maravilloso y me cuida como creo que me merezco―apretaba su mano.

―Entiendo―dijo finalmente―viendo que no se trata de un capricho y veo amor en vuestros ojos, tendré que aceptar. 

Ella dio unos pasos y abrazó a su madre con fuerza.

―¡Gracias por entender mamá!―dijo muy emocionada y feliz.

―Aceptaré con una condición―comentó ella haciendo que su hija se retirase.

―Ya decía yo...

―Él tendrá que casarse contigo una vez termines el curso y cumplas la mayoría de edad

―¿Qué?, ¿y eso por qué?.

La mujer le explicó que debía hacerlo para evitar que otras manadas intentasen colocar a su hijo y hacer matrimonios arreglados. Si realmente deseaba estar con su hija y que ella le diera su bendición, debía aceptar la propuesta.

―No puedes hacer que Tn...―pero fue interrumpida por el chico.

―Acepto―dijo sorprendiendo a ambas―acepto casarme con ella cuando acabe el curso. Si con eso tengo la bendición de la manada, me parece algo pronto―se rascó la mejilla―pero por ella―volteó a verla―haré lo que haga falta.

―Siendo así aceptaré.

El rato siguiente fue algo raro para Enid quien todavía no concebía la idea que fuera a casarse con Tn. Hasta que se fue, la mujer les estuvo explicando todo lo que debían hacer y como sería la ceremonia ya que el estilo de los hombres lobo y sus tradiciones eran algo diferentes a las de los normies.

Luego, la mujer se marchó aún con cierto dolor de cabeza por todo lo sucedido. Mientras se alejaba el coche de la academia, ella vio a su hija y Tn despidiéndose con la mano. Ella no lo quiso reconocer en persona, pero estaba feliz de ver a Enid con una persona tan buena como era Tn. Una sonrisa se dibujo en su cara a la par que se alejaba del lugar.

―Pues...un problema menos―comentó ella antes de volver sonriente a su cuarto.

Quien no se lo tomó demasiado bien fue Miércoles quien esperaba usar las armas y balas de plata que tenía guardadas. Tn se echó a reír cuando vio eso. Aunque estaba algo preocupado, todo había ido demasiado bien así que le dijo a la gótica que no las alejase por si hacian falta.

―Ya veo, te gusta ser precavido―dijo la pelinegra.

―Si, tengo un mal presentimiento. Por si acaso, será mejor tenerlas a mano―comentó.

Enid esa noche estaba que no podía dormir, ahora estaba comprometida con Tn a quien veía dormir tranquilo en su cama. Al verse sin sueño, se levantó y se acostó junto a él, abrazándolo y sintiendo como el chico la rodeaba con el brazo para que se acomodase.

―Gracias―le dio un beso en la mejilla.

―No es nada―susurró él con una sonrisa.

Ella se quedó así, abrazada hasta que poco a poco los bostezos fueron disminuyendo, los ojos cerrándose lentamente y se quedó dormida. 

Tn estaba feliz, estaba encantado con aquella situación. Se iba a casar con una gran chica a la que quería mucho y que ella misma le había demostrado su amor. Solamente deseaba que después de tantas cosas en su vida, tener un poco de paz y tranquilidad. 

Miércoles miraba desde su cama, al igual que la madre de Enid, se sentía un poco feliz de ver a su amiga tan contenta y feliz, pero era algo que no podía demostrar para no aparentar debilidad alguna. Cosa dormía en su lado y estaba igual que Miércoles.

A la mañana siguiente, Tn se despertó pronto, le dio un beso en la frente a su chica antes de cambiarse, listo para otro día de trabajo como mayordomo de la loba.

―Buenos días―dio un bostezo―tengo un poco de sueño.

―Aún es pronto, duerme un poco más

―Vale―se acurrucó en su lado y enseguida se quedó dormida.

Cuando sonó el despertador, se colocó junto a ella para levantarla. La loba fue poco a poco abriendo los ojos y esbozó una sonrisa al verlo.

―Buenos días...prometido...―se sonrojo un poco.

―Buenos días...futura esposa―se fueron a dar un beso cuando un cojín les dio de lleno a ambos.

―Dejen de actuar así delante de mí―comentó la pelinegra molesta.

Ambos rieron antes de prepararse para bajar a desayunar.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo y lamento la demora en actualizar está historia.


El Mayordomo-Enid x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora