Y allí estaba yo, tumbada boca arriba en la cama, con la mirada perdida en el blanco de techo de mi habitación, pensando en lo ocurrido en los últimos meses, como tantas veces hacía. Mis padres tuvieron que mencionar mi nombre desde la cocina varias veces para que reaccionara. Fui al baño, me humedecí la cara y bajé las escaleras mencionando un - ¡Ya voy! -
Pero, quizá he ido demasiado rápido, retrocedamos un poco, tal vez, al verano pasado cuando un sábado a principios de este, mi madre, Ana, nos comunicó a mis hermanas, mi padre y a mi, que le habían ofrecido un aumento en el trabajo y todos nos alegramos por ella, nos abrazamos y reímos hasta que mi madre prosiguió con la noticia, pues no había acabado y nos dijo qué si lo aceptaba, toda nuestra vida tendría que dar un giro completo. Mi hermana pequeña, Estela, con tan solo seis años, preguntó intrigada a que tipo de cambio se refería mi madre, como me miró a mi y yo no quería entender a lo que se refería mi madre, le cedí el turno a mi hermana mayor, Luna, de diecinueve años, a lo que ella respondió que esperáramos a que nuestra madre terminara de hablar. Y así lo hizo, nos lo explicó todo con mucho detalle.
Ella era oficinista en una editorial, lo cual no era nuevo para nosotros, lo que si que no sabíamos era lo que nos dijo a continuación:
-Mi jefa me comentó lo del aumento hace ya varias semanas y por eso he estado llegando tarde a casa últimamente. He estado haciendo investigaciones de los pros y los contras de aceptar la oferta.
Supongo que al ver nuestras caras de asombro intentó aclarar un poco las cosas, porque dijo que no nos lo había contado antes porque no estaba segura de querer un aumento y si nos convendría a toda la familia. Esta vez fue mi padre, Pablo, el que preguntó por el cambio que mi madre había mencionado. Mi madre lo miró con una cara extraña que no supe identificar y a continuación dijo un poco nerviosa
-Si acepto el aumento no podemos vivir aquí debemos mudarnos.
Estábamos todos un poco desconcertados y había un silencio sepulcral que rompió Estela:
- ¡Como que mudarnos! ¿A dónde?
- Tengo varios destinos- Dijo mi madre
- Pues de mudarnos hagámoslo al destino más cercano- Sugirió mi padre
- Todos los destinos están igual de lejos... Las oficinas centrales de la editorial están...- Dijo mi madre agachando la cabeza.
- ¡¿DÓNDE? - Dije yo desesperada
Todos nos miramos expectantes. Yo al ver que mi madre estaba a punto del llanto, me levanté y fui a abrazarla y detrás el resto. Cuando mamá estaba más relajada le dijimos que lo hablaríamos más tarde. Nos disponíamos a dirigirnos a nuestras respectivas habitaciones cuando con un hilo de voz, Ana dijo: - En Italia -
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Fuerza interna
Teen FictionUna familia se debe mudar de país, todos piensan que es una oportunidad increíble, sin embargo nuestra protagonista, Daniela, con tan solo 12 años, se tendrá que enfrentar a muchos cambios en su vida, sobre todo a sus batallas internas. Una historia...