5- Hay que elegir

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Estábamos ya a finales de la tercera semana de julio, era viernes y habíamos salido a tomar algo para luego ir a cenar. Esa semana había transcurrido sin novedades, haciendo cajas, yendo a las clases de italiano y quedando con mis amigos.

Estábamos en la terraza de un bar, eran las 20:30-21:00 y habíamos ido según mis padres salieron de la academia. No hacia mucho calor, ya que corría una brisa muy agradable. Ese día había optado por estrenar un conjunto que tenía muchas ganas de usar, era una falda larga estilo hippie con una camiseta corta blanca, con una frase en azul que combinaba con la falda. La verdad que es me gustó bastante.

Sobre las 21:15 o así, empezó a sonar un móvil, era el de mi madre. Lo saco del bolso y dijo que era su jefa, que ahora venía, todos asentimos y ella se aparto para poder oír algo a pesar del ruido. A nadie le pareció rara esa llamada, quizá un poco la hora pero nada más. Cuando volvió, tenía el semblante serio, cuando la preguntamos nos contó la conversación.

-Era mi jefa, me ha pedido perdón por las horas y me ha dicho que era importante- empezó mi madre -dice que necesita saber cuanto antes que destino he elegido y que si puede ser mañana, mejor que pasado- concluyó

La verdad es que me había olvidado de que tenía destinos a elegir, me había obsesionado tanto con irme tan lejos, qué era como si mi cerebro hubiese asociado Italia con una ciudad en vez de un país, ya que no era los mismo ir a Milán que a Sicilia ya que hay 15 horas de distancia entre una y otra.

-Es cierto, no habíamos hablado de eso, podemos hablarlo hoy en la cena. ¿Queréis que nos quedemos aquí o buscamos otro sitio?- Dijo mi padre

-Yo aquí estoy bien- apuntó Luna

-Pues nos quedamos aquí- dijo Estela con tono divertido a modo de celebración.

Le dijimos al camarero que queríamos cenar y enseguida nos trajo las cartas. Pedimos un poco de embutido como entrante y luego pedimos también picadillo, huevos revueltos con jamón, croquetas y carne con patatas, todo para compartir.

Cuando nos trajeron la comida todo tenía una pinta buenísima.

-Bueno entonces que destinos tienes- empezó Luna, dando pie a una conversación que me pareció interminable y muy dolorosa.

-Bueno son unas cuantas- dijo mi madre sacando el móvil para ver el correo que le había enviado su jefa, ya unas semanas atrás- Roma, Florencia- empezó a enumerar mi madre- Venecia, Milán, Pisa y Matera- concluyó mi madre.

-Pfff, hay mucho para elegir. ¿Qué tal si vamos descartando?- propuso mi padre

-Esta bien, ¿pero como?- preguntó mi madre

-Podemos empezar dividiendo el mapa de Italia por la mitad horizontalmente y las que estén de la línea para abajo las descartamos, mira- dijo Luna sacando el móvil, haciendo una captura y empezando a pintar- Matera y Roma, descartadas, ya solo quedan cuatro- concluyó Luna.

-Vale y ahora esa mitad del mapa la podemos dividir otra vez- dijo mi madre, viendo que le gustaba la dinámica- y ahora solo quedarían Milán y Venecia-

-Ahora vengo, voy al baño- dije al notar que mis ojos se humedecían. No había hablado en toda la conversación, no podía.

-¡Vale!- dijo Estela, quien estaba ausente de la conversación. A veces añoro esa inocencia de los niños.

Entre en el baño y por suerte no había cola, me encerré y empecé a llorar desconsoladamente. No sabía que me pasaba pero no podía parar. Me sentía rarísima. Cuando conseguí dejar de llorar, salí del baño y regresé a la mesa, no habían pasado ni cinco minutos, pero a mi se me habían hecho eternos lo minutos.

-¡Ah, Daniela! Ya estás aquí, no hemos seguido para que estuvieras presente en la decisión- me dijo mi hermana mayor -Vale, entonces teníamos Milán y Venecia-

-Creo que esta decisión deberíamos votarla- sugirió mi madre.

-Estoy de acuerdo- respondió mi padre.

Luna abrió notas en su móvil y puso Milán y debajo Venecia

-Vale, tenéis que poner un 1 al lado del destino que prefiráis- Dijo Luna haciendo ver que tenía el control de la situación.

Yo la verdad es que a pesar de que decían que olía muy mal y estaba muy sucia, Venecia siempre me había parecido una ciudad muy bonita, con esos canales tan peculiares. Así que cuando llego el móvil a mi, puse un 1 al lado de Venecia, desempatando. Solo había pasado por Luna y mi madre, la verdad me daba curiosidad saber que había puesto cada una. A Estela la ayudé yo, aunque no se si se entero de lo que estaba pasando, voto por Milán. Le pase el móvil a mi padre quién tenía que desempatar. Por fin Luna tenía el móvil de nuevo.

-Vale, ya tengo los resultados-dijo- ha ganado... el destino más lejano, que si sabéis de geografía es...-dijo, haciendo una pausa para añadir tensión- Venecia.

-Bueno esta más lejos que Milán pero es muy bonita- sentenció mi padre

-De acuerdo mañana a primera hora llamo a mi jefa y le informo de la decisión- dijo mi madre, al parecer contenta con los resultados.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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