Capitulo uno

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Fría era la noche, ambos jóvenes se encontraban en sus respectivos balcones del departamento

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Fría era la noche, ambos jóvenes se encontraban en sus respectivos balcones del departamento. La fina y delgada línea entre la sinceridad se había roto, dando hincapié al descubrimiento de sus sentimientos. La luna junto a sus estrellas eran testigos de una inesperada noche amarga, sentimientos y emociones a flor de piel.

La intensidad de los latidos de la chica se volvió una agonía. No estaba lista para revelar lo profundo de su ser, pero, no había vuelta atrás. Sara Lin había revelado lo que su corazón ya sabía y lo que su mente negaba. Se enamoró del chico del metro, de su tutor, de su vecino, del hermano menor de su ex novio Joe.

Oliver Yang, la causa de sus desvelos, de sus confusiones y culpable de que su corazón de un brinco cada vez que él se acercaba de sobremanera hacia su pecoso rostro.

—Sara Lin —arrastró las palabras con preocupación, arrugaba sus cejas mirándola fijamente —tú y yo debemos mantener nuestra relación profesional. —Apretó su puño, decir esas palabras lo hizo sentir un nudo en la garganta, pero sabia sobrellevarlo. —De ahora en adelante como tutor y estudiante y nada más que eso —trago duro, su corazón se aceleraba —lo siento si te di la impresión incorrecta, nunca quise hacerlo.

Sara Lin podía sentir el temblor de sus piernas, la sudoración sobre sus manos, el intenso ajetreo de su corazón, todo eso le provocaba nauseas. ¿La impresión incorrecta? Se preguntaba internamente mientras lo miraba abrumada. ¿Cómo podría ser Oliver más estúpido?

Su trato hacia ella nunca fue simplemente de tutor y alumna. No lo fue. ¿Qué clase de tutor te arrincona en el elevador del edificio? ¿Te lleva a la galería de arte? Incluso estando enfermo él viene a tu casa y te cuida.

Las lágrimas calientes y saladas recorrían sus mejillas con torpeza.

—Te dije que no me sentía lista para hablar de esto —dijo en un hilo de voz, sus lágrimas cayeron al suelo en forma de gotas —¡Y aun así me obligaste a decir lo que sentía solo para que después me rechazaras! Sabía que no sentías lo mismo por mi —apretó con fuerza el nudo de la cobija que usaba como capa —¡eso no hacen los amigos! —Un amargo y doloroso grito salió de sus labios.

Oliver apartó la mirada, se llevó su mano hacia su cuello y lo ladeó un poco, se encontraba incomodo.

—Nunca fuimos amigos, Sara Lin —balbuceó.

Únicamente se encontraban ellos en el balcón, no hacia suficiente viento para que las palabras se perdieran, por eso mismo, aunque Oliver lo dijera en voz baja, fue tan audible para ella, Sara Lin podría jurar haber oído también el sonido de un cristal romperse, ¿sería su corazón? ¿Por qué siempre elegia mal los chicos de los que se enamoraba? Quizá el amor no era para ella. Probablemente estaba destinada a escribir sobre el amor, pero no sentirlo, no vivirlo.

Su papel en esta vida era el de la trágica señorita que nunca pudo ser amada. Siempre seria la amiga, la segunda opción, una desconocida. No era nadie para absolutamente nadie, y eso le partía el alma.

Lost On You -OlivaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora