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¿Arquitectura Yoo?
...

Seis meses, dos chicas, una despedida dolorosa. Ese era el futuro que Kim Minjeong, veía en su mente. Estar con Jimin, era tan mágico. Pero, ¿por qué en sus ojos había suma tristeza?

Soltó un suspiro. La semana en Francia, había sido una de las mejores. Conoció a los amigos de Jimin, y logró crear buenos lazos con Minju —cosa que a Jimin, no le agradó para nada—. Frederick, al enterarse de la noticia, celebró como loco y les dió un millón de bendiciones a ambas.

Por otro lado, estaban Taehyung y el señor Kim. Ambos celebraron igualmente como el señor Yoo, pero claramente que solo lo hicieron como parte del plan. Minjeong, odió eso. Realmente odiaba tener que mentirle a Jimin, pero no habría vuelta a atrás. Ya no podía hacer nada, y es por eso que solo debía seguir estrictamente una regla: “Nada de sentimientos reales”.

— Minjeong, luces perdida — Ningning, la cual se había reintegrado a la empresa, habló.

— Lo lamento, estaba pensando un par de cosas — murmuró.

La mirada coqueta de su amiga, se hizo presente. Ningning, no sabía nada del plan. Y, eso también ponía en riesgo su amistad. Nunca le guardó un secreto a Ningning, y mucho menos uno en el cual metía a la mejor amiga de su esposa en él.

Estoy realmente perdida. Pensó Minjeong.

— ¿Será que estarás pensando en tu hermosísima novia? — preguntó, fingiendo inocencia. Minjeong, fingió una risa y negó rápidamente —. Oh, por favor. Minjeong, ya no lo niegues, ha sido verdaderamente impresionante la noticia de que están juntas.

Sí. Realmente lo fue.

Minjeong, agradecía que su relación con Jimin, sea sumamente privada. Nada de camaras, nada de paparazzi, y nada de micrófonos cerca.

— Sigo manteniendo en pie mi opinión — rió tímidamente —. Tal vez fue muy apresurado.

— ¿Te arrepientes?

— ¡Claro que no! — exclamó.

Ningning, levantó una ceja. Para salvación de Minjeong, alguien llamó a la puerta. Se puso de pie para abrir, y apretó su mandíbula al ver a Jimin.

— Hola, bonita — sonrió la pelinegra, dejando un beso sobre los labios de Minjeong —. Hola, Ning.

— ¡Hola, Rina!

Ambas se saludaron con un abrazo, y Minjeong terminó de cerrar la puerta detrás de ella. Miró a su novia y sonrió.

— Bueno, yo.. las dejo solas — les guiñó un ojo. Minjeong, puso los suyos en blanco y la siguió con la vista hasta que se fue.

Minjeong.

Miré con confusión a Jimin. ¿Que hacía en nuestra empresa? Aclaramos que nuestra relación sería privada, ¡la prensa pudo haberla visto! Me crucé de brazos y la miré con una ceja en alto, ella notó mi mirada e hizo un pequeño puchero.

— ¿No acordamos algo? — pregunté.

— Ya, perdón, te extrañaba mucho — murmuró, acercándose a mí —. Además, tengo lentes puestos y me vestí muy opuesta a lo que soy.. no me reconocerán.

Era cierto, su vestimenta era algo informal y desarreglada. Vestía unos pantalones holgados blancos, unos zapatos negros, y una campera negra de marca Adidas. No era su estilo, pero le quedaba demasiado bien.

— Te queda muy bien — señalé su ropa. Ella sonrió y plantó un par de besos sobre mis labios —. Rina, tengo que trabajar..

— ¿Me puedo quedar un ratito? — preguntó, con un tono dulce de voz —. ¿Mmh?

Solo una noche - Winrina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora