Parte 3

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Fernanda miró a Mayte fijamente. "Revisa los demás camerinos, yo voy al área de control de sonido", le dijo.

"Va", asintió Mayte.

Pero apenas dieron unos pasos cuando las alarmas de incendio estallaron en el lugar. Luces parpadeaban en el techo, iluminando el ambiente con destellos rojos intermitentes.

Mayte exclamó, alzando la voz sobre el estruendo: "¿Qué demonios pasa?"

Fernanda respondió rápidamente: "No lo sé, debe ser la alarma contra incendios. ¡Sal de aquí rápido! ¡Veré si logro encontrar a nuestro espía!"

"¡No, Fernanda! ¿Cómo crees? Tenemos que salir", insistió Mayte, con su voz tensa por la preocupación.

Ignorando las palabras de la bajita Fernanda corrió hacia el área de sonido en busca del intruso. Sin embargo, luego de dar algunos pasos, las sirenas se volvieron ensordecedoras y el agua comenzó a caer de los rociadores empapando todo a su paso.

Mayte trató de seguir a Fernanda, pero sus zapatos resbalaron en el suelo mojado, perdió el equilibrio y cayó al suelo recibiendo un fuerte golpe. Sintió un agudo dolor en la rodilla y comenzó a quejarse. Un minuto después sus otras tres compañeras llegaban.

"¡Chii!" gritó Isabel al ver a Mayte en el suelo. Sus ojos estaban llenos de preocupación mientras descendía las escaleras que conducían desde el escenario hasta los camerinos

"Ay, mi May", susurró Ilse, asustada, bajando tras Mimi e Isabel. Se arrollido a su lado y trató ayudarla a ponerse de pie.

Mayte, con la respiración entrecortada por el dolor, suplicó con dificultad: "Isa, Fer se fue por el área de control de sonido, por favor, ve por ella", mientras apretaba los dientes por el dolor en la rodilla.

Isabel asintió y subió las escaleras para ir en busca de la morena pero Mimi la tomó por el hombro para detenerla y le dijo "Isa, yo voy por Fer, tu quédate con May". Isabel asintió y bajó los escalones para dar paso a su compañera.

El diluvio era tan intenso que moverse sin deslizarse resultaba casi imposible.

Al llegar al final de las escaleras, Mimi se encontró con uno de los guardias de seguridad, quien le informó con firmeza: 'Señora, no puede continuar. Hay una alerta de incendio; por favor, utilice la ruta de evacuación'."

Decidida, Mimi respondió: "Amigo, ahí te va, a mi no me importa, no pienso quedarme fuera. Mi compañera está adentro. Así que más bien, por favor, acompáñame a buscarla", mientras tomaba la mano del guardia y lo llevaba consigo en busca de Fernanda.

Aunque el oficial sabía que estaba pasando por alto el protocolo, quedó cautivado por la belleza y simpatía de la mujer y accedió a seguir sus pasos.

"Fer", exclamó Mimi al encontrar a su amiga. "¡Gracias a Dios estás bien! ¿Por qué chingaos estás aquí?"

"Luego te explico", respondió Fernanda, abrazándola con fuerza.

"Tenemos que salir de aquí ahora mismo" dijo el oficial de seguridad.

Con el corazón acelerado y el sonido de las alarmas aún retumbando en sus oídos, Mimi y Fernanda corrieron hacia la salida.

No puedo amarte ❤️‍🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora