Parte 4

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"Fernanda, ¿cómo se te ocurre pensar que podría acostarme con Ilse? Tampoco es que yo sea irresistible. Ni medianamente", respondió Mayte.

"¡Claro que lo eres! En tus lives siempre te dicen lo guapa que eres, en entrevistas, nuestros fans, todos se dan cuenta de lo hermosa que eres. Y bueno puedo ser muy territorial con lo que amo, y definitivamente a ti te amo", dijo Fernanda con una sonrisa traviesa, mientras se inclinaba sobre Mayte, colocándose encima de ella para plantarle un beso apasionado en los labios

Mayte rió. "Eres muy sexy cuando estás celosa, pero ya te dije que aquí solo hay amistad, negrita", dijo con una sonrisa, mientras apartaba suavemente a Fernanda con las manos sobre sus hombros.

Fer le preguntó con curiosidad: "Entonces, ¿Es por Ilse que me estás rechazando?"

Mayte respondió con sinceridad: "Negra, por supuesto que no. Supongo que el sujetador de la Güera está aquí porque iba a cambiarse, pero luego llegaste tú. No sé, pregúntale a ella. Y en cuanto a rechazarte... ¿Qué quieres que te diga? Aunque daría mi vida por ti como amiga, sabes que me gustan los hombres y a ti tambiende gustan wey, somos heterosexuales y estas casada ¿lo recuerdas?".

Fernanda expresó con pesar: "Auch, cada vez me siento más humillada."

Mayte respondió con cariño: "No mi amor, negrita, entiéndeme. No quiero mentirte sobre lo que siento. A estas alturas de mi vida, ya no estoy dispuesta a reprimir ningún sentimiento; se me acumulan en el cuerpo."

Fernanda dijo con tristeza: "Supongo que no puedo seguir forzando esto. Lo que sentimos no va a cambiar. Me siento tan tonta."

Mayte acarició suavemente el rostro de Fernanda entre sus manos. "No, mi vida", murmuró con cariño. "Eres la persona más increíble que conozco".

Fernanda, tratando de cambiar de tema para evitar el dolor, preguntó: "¿Te ayudo a comer, May?

Mayte, notando que la morena no quería continuar con el tema respondió con una risa cálida: "Estoy mal de mi rodilla, negrita, no de mis manos".

"Bueno, no importa", dijo Fernanda con determinación. "Déjame apapacharte y compensar todos estos malditos errores que he cometido".

Mayte sintió un apretón en el corazón al escuchar esas palabras y respondió: "No diga eso negrita. Está bien, acepto que me consientas un poco".

"Eso mi May. Iré a buscar mi comida y regreso", anunció la morena mientras salía de la habitación. Al regresar con su comida, Fernanda se sentó nuevamente en la cama y comenzó a alimentarla.

La morena sonrió con picardía y bromeó: "Señora Lascurain lista para recibir este delicioso manjar en su boca. ¡Epa! Ni te emociones que no hablo de mí".

Mayte rió al escuchar la broma de Fer, mientras miraba con ternura cómo la consentía.

Una vez que terminó de alimentar a Mayte, se preparó para comer su propio platillo y añadió con sarcasmo y humor: "Yo voy a comer solita, ¿eh? sería cursísimo que alguien me diera de comer en la boca", bromeando.

Mayte rió de nuevo; las ocurrencias de Fernanda siempre conseguían sacarle una sonrisa. Tomó el platillo de la mesita y comenzó a alimentar a su amiga en la boca, devolviéndole así la atención.

La morena terminó su platillo y se puso en pie para dejar los platos sucios en la mesa que se encontraba en la esquina de la habitación y luego preguntó: "¿Hay tiempo para una siesta?" Mayte asintió y respondió: "Tienes veinte minutos antes de que lleguen los maquillistas. Ven aquí", indicó, golpeando suavemente el colchón dos veces para que se acostara.

No puedo amarte ❤️‍🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora