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—Me voy a morir —Exclamó Yeji en medio de la cocina envuelta en una manta afelpada. Hyunjin se limitó a rodar los ojos mientras terminaba de preparar el té para su melliza.
Ese domingo por la mañana Yeji se había despertado con un gran resfriado del cual parecía no querer mejorar, Hyunjin la hizo quedarse en cama hasta que la tarde llegó, ninguno de sus padres se encontraba en casa y aunque lo estuvieran no cuidarían de ella así que le pidió a Changbin el día para cuidar de su hermana.
—Toma el té, te ayudará con el dolor de cabeza —Yeji asintió mientras jalaba hasta su propio lado de la meseta la taza humeante.
—Debo curarme ahora, mañana tengo que cuidar a Fefi —Lloriqueó ella.
—Deberías avisarle a tu jefe ahora para que pueda buscar a alguien más para mañana —Recomendó Hyunjin, peor Yeji negó.
—Aunque pudiera encontrar a alguien, Felix no se queda con cualquier persona, tengo que ser yo —Explicó.
Hyunjin ya no supo que recomendarle, sabía que el niño que su hermana cuidaba era especial, pero supuso que su el padre del niño sabría arreglar el problema si Yeji le avisaba con tiempo. De un momento a otro, ambos hermanos suspiraron al mismo tiempo sin prestarse atención entre sí, como si de dos muñecos conectados se tratarán, ambos alzaron sus tazas de té al mismo tiempo —la de Hyunjin con té de manzanilla— y bebieron al mismo tiempo mientras movían la pierna izquierda al mismo ritmo por estar pensando algo muy seriamente. Y entonces la chica decidió terminar con la sincronía soltando un jadeó que asustó a su hermano e hizo derramar su té.
—¡Hyun, Hyun, Hyun! —Sacudió sus manos por sobre su cabeza. —¡Reemplazame en el trabajo mañana!
Hyunjin abrió los ojos casi incrédulo.
—¿Estás loca? —Le chilló a su hermana. —Acabas de decir que es difícil que Felix acepte a alguien nuevo ¿Qué te hace creer que Felix va a querer que lo cuide yo? ¿O su padre?
—Anda Jin —Pidió Yeji con un puchero en sus labios que junto a la gran sábana que llevaba encima la hacía ver tierna. —Tú y yo tenemos métodos muy similares para cuidar niños, además nos parecemos mucho, estoy segura de que vas a agradarle a Felix.
Hyunjin siguió negando con la cabeza.
—No Yeji, además ya tengo un trabajo de noche.
—¡Hyunjin por favor! ¡Yo hablaré con el señor Lee! —Yeji definitivamente no iba a quitar el dedo del renglón.
—No Yeji, esto es absurdo, no hay forma de que pueda caer en este juego tuyo solo porque estás muy encariñada con ese niño —Ambos se miraron fijamente en una nueva pelea de miradas.
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