El día había llegado junto a nubes grises y alguna escasa lluvia por momentos.
Sesshomaru llegó a tiempo al aeropuerto a pesar del tráfico tan movido a esa hora, no podía negar que llegaba estresado, no quería llegar tarde a recoger a la familia que no veía hace tanto y prácticamente corrió hasta dar al área de desembarco de los pasajeros.
Pasaron pocos minutos para que entre el tumulto de personas, viera una cabellera similar a la suya.
Al hacer contacto visual, Inuyasha corrió acortando la distancia que los separaba y se estrechó a su hermano en un fuerte abrazo.-Sesshomaru, hermano. Que bueno volver a casa- le dijo sonriendo más que feliz.
-¿Te tomó más de diez años extrañarme?- respondió el mayor, sonando divertido. A pesar de ser un hombre al que le costaba expresarse, no pudo evitar la felicidad que sentía al volver a estar juntos.
Kikyo apareció en escena también muy contenta y abrazó a su cuñado. Todo sucedía rápido, y la efusividad de volver a verse los hicieron ignorar a los curiosos ojos azules que los observaba algo extrañada.
-Kag princesa, ven aqui. Saluda a tu tío- le indicó su padre a la pequeña chiquilla que parecía asustada.
-Hola tio Sessh- susurró con voz fina y dulce.
Sesshomaru estaba algo aturdido. Nadie, nunca le había llamado de esa manera, pero en esos labios rosas, sonaba a la misma gloria.
El pelilargo la miró detenidamente mientras le sonreía. El mundo a su alrededor parecía desvanecerse, cayendo la realidad poco a poco a sus pies.
No era nada exuberante, por el contrario, era bastante menuda, no tenía casi curvas y seguramente faltaba que se desarrollara más pecho.
Se vió a sí mismo más que confundido, cuando su sobrina se le acercó para abrazarlo y el aroma a vainilla le inundó sus sentidos, atontandolo por completo.
Era una inocente chiquilla, de ojos azules y olía como un ángel.-Vamos a casa, hermano. Hay tanto de que hablar- Inuyasha interrumpía aquella escena palmenado su espalda amigablemente.
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-Es increíble que aún no te cases Sesshomaru. ¿Tan siquiera una novia o algo similar?- su hermano le reclamaba lo mismo, muy seguido.
-No quiero hablar de eso..- y su mirada se detuvo en la niña que aun participaba de la sobremesa
-Oh no te preocupes por eso cuñado, Kagome sabe de estas cosas. En América las niñas no son tan reservadas como aquí. Incluso ella ya ha tenido algunas citas- explicaba Kikyo como si fuera algo muy normal.
-¿No les parece algo precoz?- se atrevió a preguntar
-Es como te explicó mi esposa, hermano. Las costumbres de EEUU son totalmente diferentes a las de aquí-
No supo la razón, quizás solo sospechó que por su profesión, la cual implicaba atrapar a adultos que se metían con menores de edad, sintió un sabor amargo en su boca.
Kagome no dejaba de mirarlo y sonreirle.
La cena transcurrió entre anécdotas, risas y un poco de nostalgia.
Las horas habían pasado demasiado rápido y el bostezo de Kagome los hizo detener la conversación, la cual se había tornado aburrida para ella.-¿Deseas retirarte a descansar?- le preguntó Sesshomaru. -Preparé una habitación solo para ti, te sentirás cómoda-
-De acuerdo tío, ¿usted me acompaña por favor?-
El hombre sonrió en respuesta y se levantó de la mesa para guiarla a su dormitorio. Una vez allí le mostró donde encontrar ropa de cama y demás accesorios para su uso personal.
-Cualquier cosa que necesites, no dudes en decirme. ¿De acuerdo?-
-Gracias tío.- y le dió un beso en la mejilla que lo tomó por sorpresa pero se sentía agradable.
Salió de aquella habitación con una sensación similar a la calidez. Tener en su casa a Kagome le daba ese toque femenino y dulce que a veces escaseaba en su vida; pensar que estaba preocupado por tener que convivir con una adolescente en vano. Aunque estaba algo intrigado por cómo la habían criado su hermano y su cuñada. La niña parecía tener demasiadas libertades a su edad y eso le parecía algo preocupante, la estaban exponiendo al peligro y eso lo tenia más que claro gracias a su profesión.
Quiso esperar para hablarle con Inuyasha, no quería causar un problema, o parecer un entrometido pero la confianza entre ellos era demasiada como para pasar eso por alto.Cuando volvió a la sala, Kikyo ya se había retirado y su hermano miraba a la nada con otro trago en la mano.
-Te ves pensativo-
-Ah, hermano. Kikyo estaba cansada y fue recostarse.- dijo sorprendido por la voz de Sesshomaru detrás de sus espaldas.
-¿Que sucede?- le increpó el mayor sin vueltas.
-Me conoces bien ¿eh?- sonrió.
-Demasiado creo. Ahora dime..¿que te está sucediendo?-
Inuyasha tomó aire y revolvió el casi derretido hielo de su whisky haciendo una pausa prolongada.
-Kikyo..ella tiene un amante- soltó al tiempo que aflojaba su compacta postura.
Sesshomaru siguió en silencio.
-Ella me va a dejar y se llevará a Kag, hermano. Por eso estoy aquí. Necesito de tu ayuda- Inuyasha se sinceró.
-No preguntaré detalles, pero ¿que podría hacer por ti? Por supuesto que haré lo que pueda-
-Necesito, te pido por favor que Kagome pueda pasar este año aquí, contigo.-
Sesshomaru creyó tener un ataque de pánico ante esta petición.
-En un año mas, Kagome legalmente podría decidir estar conmigo, de lo contrario perderé la custodia. Yo persuadiré a Kikyo de dejarla, ella no está enterada de que sé de su aventura así que es la única opción que me queda para no perder a mi hija- explicó con calma.
-Hermano, sé que es demasiado pedir, pero..te necesito.- la voz del hermano menor sonaba desesperada.
Por el contrario, Sesshomaru no sabía si salir corriendo, pero el asunto era bastante delicado. ¿Él haciéndose cargo de una adolescente? No sabía si podría con ello. Pero su hermano, su única familia lo necesitaba más que nunca.
-Lo haré- afirmó seguro.
¿QUE PIENSAN QUE SUCEDERÁ?
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AGRADECEMOS CADA LECTURA🩷
AdrianaRamrez665
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Entre mi moral y lo ilegal (+18)⛔️
FanfictionLos personajes e imágenes usadas en este fics no nos pertenecen. 100% SESSHOME. ⚠️ ADVERTENCIA ⚠️ Contenido sensible para algunas personas. Incesto/ diferencia de edad/ descripciones fuertes y mucho lemon.