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Las manos de Hyunjin buscaban una zona donde posicionarse con el objetivo de alguna forma calmar la manera en la que las mismas temblaban.

Se había quedado completamente inmóvil ante el beso, como si fuese la primera vez que tocaba los labios de alguien más. Se le dificultó cerrar sus ojos y sincronizarse al ritmo que los labios ajenos se movían sobre los suyos, incluso sentía como su paladar cosquilleaba en el instante que el mayor pidió permiso con su lengua para adentrarse con la misma a su cavidad bucal.

Chris besaba con lentitud y delicadeza, buscando derretir a la presa que tomaba entre sus labios. La lujuria que desprendía en los sensuales movimientos, era su veneno.

Tal vez era su imaginación, o el menor desprendía un sabor particular, algo dulce, como si de fresas se tratase volviéndolo adicto ante una acción tan mínima como un beso. Pero Bang quería avanzar, quería hacerle probar realmente todo lo que podía dar, y sobre todo poner a prueba al pequeño en su erótico juego.
Intensificó el agarre que se estancaba en la cintura del rubio, su objetivo era hacerle sentir el calor que emitía de sus pantalones y la forma en que su pene crecía únicamente imaginando todo lo que podría hacer con él, sólo debía hacerlo caer.

Hyunjin se congeló nuevamente y un cosquilleo se estacionó en su estómago. Su respiración comenzaba a entrecortarse, pero ¿realmente se acostaría con un extraño? de hecho ya besarse para él era todo un crimen.
¿Cuál sería la sentencia para el rubio si avanzaba en la escena? probablemente acabar enredado entre las sábanas del mayor, rendirse ante un juego tan simple. Comenzaba a arrepentirse, aunque una mínima parte de él le estuviese diciendo que sin dudas tomaría la mejor decisión de su vida.

— Chris, basta, por favor... — rogó el más bajo intentando tomar distancia, sin ejercer un poco de fuerza, porque aunque no lo aceptaba no lo quería lejos, no, sus labios eran totalmente apetecibles.

— No me llames por mi nombre. —pronunció el mayor, hablando en los finos cerezos pertenecientes al chico delgado.

Bang tomó la mano del contrario y la posó sobre la tela del pantalón que cubría su miembro, notablemente erecto. Hwang podía sentir el calor que emitía la zona, las proporciones de lo que poseía el anterior mencionado; inconscientemente mordió su labio y ejecutó un suave apretón en el lugar, causando que un jadeo saliese de los labios del mayor, un deleite.

— ¿Papi? — dejó salir de sus labios, envuelto en esa dulce voz que se ajustaba perfectamente a su papel. Dio como consecuencia que una ladina sonrisa se dibujara en el rostro de Bang.

— Eso es bebé, a jugar con papi. — emitió dejando sonar la manera en que su voz se volvía casi un gruñido suave, era totalmente sensual para alguien que pensara que las voces suave son su debilidad. Hyunjin no sabía si aquello era su debilidad, pero estaba seguro que simplemente eso lo debilitó.

El temor desapareció del cuerpo de Hyunjin por unos momentos, así dándole paso a sus manos para aferrarse al cuello del opuesto. Chris identificó rápidamente cuál era la verdadera intención oculta en su accionar, y estancó sus manos en las nalgas del pequeño para cargarlo en brazos y llevarlo hacia la habitación.

Hyunjin no creía en lo absoluto aún a lo que estaba accediendo, estaba perdido en el... ¿deseo? sentía que había sido capturado por un elixir de seducción y lujuria. Era un perfecto momento para dejarse llevar, aunque no contaba con las capacidades que el castaño poseía, suficientes para dejarlo más que satisfecho.

El mayor empujó la puerta de la habitación con su pie y se permitió la entrada mientras el rubio intentaba desprenderle los botones de la camisa blanca que llevaba puesta. El nudo de la corbata le interponía un enorme obstáculo a aquellas pequeñas manos temblorosas.
Chris lo recostó y quitó las manos del ajeno de la zona de su cuello; se dispuso a observarlo un momento, esa inocente y dulce imagen que le afirmaba por qué lo había elegido.

⠀ . . 𝒢⠀ bittersweet : chanjin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora