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—por fin… la universidad — Seungcheol levantó los brazos, como en forma de agradecimiento, antes de entrar en el edificio.

—no seas dramático — Jihoon estaba a su lado izquierdo, y yo al derecho. —solo es la universidad —

Lo decía como si no hubiéramos pasado seis años esperando por este momento.

Jihoon era demasiado listo, tanto que se había saltado un año, así había sido como Seungcheol lo había conocido, en una de las clases que compartían.

Yo no me quejaba de mis conocimientos, sé que no soy el mejor en las clases, pero estaba entre los primeros cinco, pero Jihoon era mucho más listo que yo, algo que me daba inseguridad en mí, y contra eso no podía competir.

Era más alto, y por lo que me dijo Sojeong antes de irse de mi vida, era más guapo. ¿Entonces qué más tenía Lee Jihoon que yo no?

Para mi buena o mala suerte… Ese año conocí a mi segunda pareja. Taeyang, un chico que en esencia me recordaba un poco a Seungcheol.

Lo que más le sorprendió a Seungcheol fue el hecho de que me gustaban también los chicos, pero no quería discutir cuando empecé a salir con Taeyang. Todavía no entraba a la universidad, solo estaba haciendo su servicio para llegar a liberar la preparatoria sin ningún problema. Era mi chiquito, aunque decir que era chiquito, pues no, era más alto que yo y eso me agradaba un poco más.

La primera semana no fue nada sencilla, o así yo lo veía. Seungcheol a veces no estaba y cuando lo veía estaba agotado, durmiendo o abrazado a Jihoon. Para mí era diferente, Taeyang siempre estaba a mi lado cuando no tenía clases, llevaba mis cosas y siempre sonreía para hacerme sentir mejor. Tan lindo mi chiquito.

Empezaba a conocer a mis compañeros, de los más memorables estaba Soonyoung, un chico que podía parecer tranquilo, pero cuando agarraba confianza, nadie lo podía detener. Y el segundo, fue Jisoo, un chico estadounidense que era muy tranquilo, docil y super mega adorable, con sus mejillas y sus ojos. Hasta ese momento solo eran los dos que llegué a conocer bien. Al igual me empecé a alejar de Seungcheol cuando empecé a salir con Taeyang.

—¿Has visto a Seungcheol? — miré a mi chiquito. —le debí dar algo desde hace horas pero no lo he visto — acaricié su cabeza ordenando su cabello.

—¿Qué le tienes que dar? — él negó.

Taeyang pudo ser la persona a la que más amara en el mundo, su sonrisa, su trato hacía mí, realmente lo amaba, lo quería tanto, que empezaba a olvidar a Seungcheol. Ahora solo era mi Taeyang.

Todo iba perfecto.

—dime, chiquito — reí levemente, mientras él hacía un puchero.

—bueno —

Hasta ese momento.

Sacó una pequeña caja, de un color no tan llamativo, pero las conocía a la perfección, en la secundaria nos dieron cursos de sexualidad, nos enseñaron la función y la colocación de los condones.

No supe qué decir, el mero pensamiento que Seungcheol y Jihoon ya están en esa etapa, se me incrustó en la cabeza. Además, ¿Por qué a Taeyang? ¿Por qué se lo había pedido a Taeyang? ¿Por qué a mi chiquito?

Le quité la caja y la guardé en mi mochila, no quería que la tuviera, todavía estaba pequeño. —yo se la doy, no te preocupes — sonrió.

Acaricié su cabeza, realmente me empezaba a enamorar de Taeyang de una forma inimaginable. Lo atraje para besar levemente sus labios.

Aunque el bonito momento no duró mucho. —¡Jeonghan! — me separé mirando hacía Jisoo que venía corriendo de la mano de una chica. —¡Jeonghan! — llegó hasta nosotros dos, pero al frenar tan de repente, hizo que la chica cayera. —Yoorim… perdoname, bonita — la chica bufó mientras se levantaba. —¿Jeonghan? — asentí. —Seungcheol se peleó con uno del equipo de americano —

Quiero amar a los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora