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LA OSCURIDAD SE HABÍA APODERADO DEL CASTILLO HOGWARTS, y la mayoría de los estudiantes ya se habían retirado a sus dormitorios para descansar. Lyra, sin embargo, estaba lejos de poder descansar. Ella sabía que tenía una tarea por delante, una tarea que le había sido impuesta por Tom Riddle.
Con un nudo en el estómago, Lyra bajó a la sala común de Slytherin. Tenía el cuello cubierto con una bufanda alta, tratando de ocultar las marcas que Tom le había dejado en su cuello.
Cuando entró en la sala, vio que Tom ya estaba allí, sentado en el sofá con una expresión impasible en su rostro. —Estás tarde—, dijo él, sin levantarse de su asiento.
Lyra se acercó al sofá, sintiendo la tensión en el ambiente. —Lo siento—, dijo, tratando de mantener la calma. —Me tomó más tiempo de lo que pensaba para prepararme.
Tom la miró de arriba abajo, como si estuviera evaluándola. —No importa—, dijo finalmente. "Lo único que importa es que estés aquí.
Lyra se sentó junto a Tom, tratando de no parecer intimidada. —¿Qué es lo que tengo que hacer?—preguntó, tratando de mantener su voz estable.
Tom se acercó a Lyra y le habló en voz baja. —Tienes que curar al niño y luego borrarle la memoria. No debe recordar lo que pasó.
Lyra lo miró con horror. —¿Qué?—dijo.—¿Cómo quieres que haga eso? No soy capaz.
Tom la agarró por el brazo, su voz bajó aún más. —Sí lo eres—, dijo. —Sabes magia oscura, lo sé. Y si no haces lo que te digo, te aseguro que el niño no será el único que sufra.
Lyra se sintió atrapada. Sabía que Tom estaba diciendo la verdad, ella sí sabía magia oscura. Pero usarla para curar al niño y luego borrarle la memoria...
—Está bien...
Tom se puso en pie y la condujo hacia las profundidades del castillo, hasta llegar a uno de los pasadizos secretos.
El niño estaba atado y amordazado en un pasadizo secreto en Hogwarts. Lyra lo miró con horror, sintiendo una mezcla de lástima y repugnancia hacia Tom.
—¿Por qué lo tienes aquí?—preguntó, tratando de mantener la calma. —¿Qué piensas hacer con él?
Tom la miró con una sonrisa fría. —No es tu problema—, dijo. —Tu única preocupación debe ser curarlo y borrarle la memoria. ¿Entendido?
