CAPÍTULO 14; PRESENCIA

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En la mañana, el sol golpeaba cada parte del rostro de aquel chico. El ambiente en esa habitación era algo agradable para el, se sentía bien. Su padrino está vivo, ahora está junto a su familia otra vez.
Al despertar puede sentir un peso en su pecho, al abrir los ojos puede ver una bola de pelos acostado encima de el. Eleva una de sus manos poniéndola en la cabecita de aquel felino, recibiendo algunos maullidos algo suaves y bajos.

- Buenos días Dray. - Dijo Harry algo dormido

- Meow~

Una risita se le escapa a Harry, es feliz teniendo a Dray a su lado. El tener algo del amor de su vida, lo ponía feliz, sentía que no estaban lejos, lo sentía cerca gracias a Dray.

Sintió como alguien tocaba la puerta y entraba. Al girarse y dirigir su vista hacia aquellas personas, se encontró con Ron y Hermione, quienes lo miraban algo felices.
Harry les devolvió una cálida sonrisa, misma que desapareció en segundos. Recordó como aquellos dos, no le enviaron cartas por un mes, ninguna noticia, ni como estaban o en donde. Su vista volvió hacia Dray, quien giro un poco su rostro mirándolo algo curioso.

- ¿Nunca se les pasó por la cabeza mandarme una carta? - pudo ver cómo a Hermione se le iba aquella sonrisa, al igual que a Ron.

- Nosotros lo pensamos. . .Harry - Hermione trataba de buscar la mirada de Harry, pero este solo miraba a Dray.

- Dumbledore nos ordenó que no te dijéramos nada de lo que pasaba - dijo Ron, caminado hacia Harry.

Harry soltó una risa sarcástica, dirigió su vista hacia aquellos chicos, se notaba su enojo, su ira, su tristeza y frustración.

- Tu lechuza. Estaba furiosa, nos picoteo a ambos - decía Hermione mientras elevaba uno de sus brazos mostrándole algunas heridas.

- Oh!, perdón - dijo Harry sarcástico - es que quería respuestas.

- Y nosotros queríamos dártelas - dijo Ron - Hermione estaba loca, a toda costa quería mandarte cartas, pero Dumbledore nos mando a quedarnos callados.

- Creo que pensó que era lo mejor - dijo Hermione casi sin aliento - Dumbledore, quiero decir

- Bien - dijo Harry. Se dio cuenta de que el rostro de Hermione también estaba marcado por los picotazos de Hedwig y
descubrió que no lo sentía por ellos del todo.

- Creo que pensó que estarías más a salvo con los Muggles - empezó a decir Ron.

- ¿Si? - dijo Harry, alzando sus cejas -
¿Alguno de ustedes ha sido atacado
por Dementores este verano?

- Bueno, no, pero para eso es para lo que tiene a gente de la Orden del Fénix vigilándote todo el tiempo -Harry sintió una gran sacudida en sus tripas, como si se hubiera Saltado un escalón bajando las escaleras. Eso quería decir que
todo el mundo sabía que estaba siendo vigilado, excepto él.

- Aunque eso no funcionó tan bien, ¿no?- dijo Harry, haciendo todo lo posible para mantener la voz intacta, en el mismo
tono. - Tuve que cuidarme yo mismo después de todo, ¿no?

- Estaba muy furioso - dijo Hermione, con voz calmada.- Dumbledore. Lo vimos. Cuando descubrió que Mundungus se había marchado antes de que su turno hubiera acabado. Estaba muy asustado.

- Bueno, estoy contento de que se hubiera marchado - dijo Harry fríamente - Si no lo hubiera hecho, no habría hecho magia y
Dumbledore probablemente me hubiera dejado el resto del verano en Privet Drive.

- No estás. . .¿no estás preocupado por la visita al Ministerio de Magia? - dijo Hermione tranquilamente.

- No - mintió Harry, desafiante. Quitó su vista de ellos, mirando alrededor, con Dray aún acurrucado en sus piernas, ahora, mirando bien aquella habitación, no parecía no ayudarle a ahuyentar sus espíritus. Era oscura y tenebrosa. Un trecho blanco lleno de lienzos de cuadros ornamentales era lo único que aliviaba la desnudez de las Rasgadas paredes, y mientras Harry les echaba un vistazo tuvo la sensación de haber oído a alguien, que estaba al acecho fuera de su visión, riéndose disimuladamente.

Quidditch . DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora