♡ Cap II ♡

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Aunque la música se escuchará en sus audífonos y estuviera hablando con sus amigos por mensaje, no podía concentrarse aún. El chico a su lado lo estaba volviendo loco de una forma que jamás ninguna otra persona lo había puesto.

Respiró varias veces para terminar escribiendo por su tiempo de amigos sobre esto a ver si podía despejar su cabeza flechada. Aunque no fuera buena idea.

Grupo "Los chefcitos"

Ayuda, acabo de encontrar al padre de mis hijos

Seungkwan: Exagerado

Jihoon: ¿No estás viajando aún?

Si, está sentado a mi lado y lo golpeé accidentalmente con mi mochila, me disculpé y dijo que no pasaba nada, me sonrió y estoy 🤩
Por eso, ayuda

Jeonghan: No me vine de Osan para esto

Seungkwan: Haz lo de la llamada y saca una foto

¡Eso es acoso!😤

Jihoon: Entonces háblale

Sabía que no era buena idea decirles

Jeonghan: Haz algo si es tan lindo, según tu

Mañana les explicó, adiós

Un suspiro salió de sus labios, sabía que eso iba a salir mal, ya que los únicos que apestaban más en el amor eran sus amigos.

Aunque Jihoon tenía una relación a distancia con un chico de allá de Estados Unidos.

Aunque Seungkwan estuviera coqueteando hace tiempo con un chico de la facultad de literatura.

Aunque Jeonghan venía manteniendo una relación extraña con un chico de la facultad de música.

Retiraba lo dicho, apestaba en el amor. ¿Era mucho decir que su última pareja había sido hace más de un año y lo termino engañando? Así es.

Pero quizás por eso se había aislado de las relaciones un tiempo y quizás ahora sea un buen momento para intentar salir con alguien, al menos conocer, por suerte tenía el plus de que nadie aquí conocía al chico que estaba a su lado, a menos de lo que él sabía.

Y según su madre, que era psicóloga, era conocer gente con la que tenía de tu entorno tenía conexión es bueno para abrir tus parámetros y hacer las cosas más privadas.

Apretó sus labios y tomó su botella de agua para calmarse, el agua, a su parecer, era mágica y hacia que su cabeza se aclare, además de que era tan útil en las recetas de cocina que le hacían ponerse contento.

Hablando de cocina, decidió que sus métodos principales de desconcentración no sirvieron, decidió hacer lo contrario, concentrarse.

Por eso, abrió sus notas empezando a organizar sus tareas, tenía una tarde libre por delante y adelantar tarea sonaba bien para dar buenas impresiones y si necesitaba tiempo para algo, no tuviera una pila de trabajos o libros que estudiar, ya le había pasado un semestre del año pasado y el estrés casi lo hace quedarse calvo por arrancarse el cabello con las manos.

Afortunadamente solo obtuvo eso, estrés, pero pudo salvar el semestre y decidió que no iba a repetir ese episodio en su vida de estudiante nunca más.

Mientras anotaba en su lista las tareas en orden para no atrasarse con ninguna, se dió cuenta que el chico a su lado, había estado durmiendo todo el viaje, porque si, no podía evitar verlo de vez en cuando, haciéndolo poner nervioso de forma absurda.

Se sentía un acosador, pero el chico era una maravilla, cabello teñido de negro, piel tersa, ojos pequeños, labios finos y saludables y vestía un uniforme que no podía identificar.

Pero a juzgar por su edad, no parecía un chico de secundaria, si no más bien que venía de una universidad privada que los seguían obligando a usar uniformes. No lograba encontrar ninguna imperfección en él.

Se sacó un momento los audífonos, aburrido de escuchar siempre las mismas canciones, debía encontrar música nueva de inmediato, al sacarse los audífonos pudo escuchar como llegaban a la estación de Busan.

El chico a su lado se levantó y pidiendo permiso, logró salir por la puerta, vaciando un poco el tren al ser una estación grande y que la mayoría bajaba para hacer escalas o tomar autobuses. Al final, Busan era como la segunda Seúl.

Su vista quedó pegada en el chico mientras el tren arrancaba, su mochila azul en sus hombros y el pase de tren para los universitarios, confirmando así la teoría de Junhui quien solo espero veinte minutos más antes de llegar a Gangnam.

Luego de una caminata larga, logró llegar a su casa aún poco perturbado. Su departamento era pequeño pero cómodo, lo más grande ahí era la cocina y Junhui no necesitaba nada más.

Encendió el interruptor logrando iluminar el pequeño pasillo del lugar, fue directo a su habitación a dejar su mochila y termino buscando ropa para darse una ducha rápida y sacarse el cansancio del primer día para empezar a ser productivo.

Ya cambiado, decidió hacer su tarea con un paquete de galletas a lado, porque que sea estudiante de gastronomía no significaba que no podía comer productos comerciales.
Habían muchos compañeros que se negaban a comer algo no hecho por ellos y bueno, no podía quejarse aunque le apareciera absurdo, él jamás iba a dejar sus galletas de animalitos, jamás. Ni hablar de los veganos que tenían relaciones de amor/odio con ellos.

Estuvo tan concentrado en sus tareas que no se dio cuenta cuando la noche cayó encima. Las estrellas iluminaban el cielo y toda su casa ahora estaba en plena oscuridad, salvo su escritorio que estaba iluminado por su lámpara de lectura.

Tiró su cuerpo hacia atrás satisfecho de haber terminado todo, estiró sus brazos y trono un poco sus huesos para levantarse a ir a cocinar su cena porque ahora sí moría de hambre al estar tanto tiempo sin comer algo bueno.

Fue a la cocina bostezando, tomó una olla y la llenó de agua para mandarla al fuego, y empezó a picar vegetales para una buena y nutritiva comida.

Quizás así podría sacarse de la cabeza al pequeño chico del tren que lo estaba atormentando hasta en sus tareas.

♡Seúl Station♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora