EL SECRETO

CAPITULO 6

Una mañana hermosa como para seguir durmiendo, pero no para Kevin que se encuentra en la cocina con mi madre. No sé, como a él no se le acaban esas baterías. A veces cuando él anda más animado que yo. Me provoca como darle de esos remedios de los que duermen para que se le quite esas energías, pero jamás utilizaría sustancias con él.

Me quedo pensando en la madrugada, en la llamada de Alisson, como se lo tomara Kevin si le digo que Alisson me llamo en la madrugada cuando ya estábamos aquí en la casa. O cuando Alisson se acercó para pedirme el número. Además tengo que tener cuidado con ella, ya que Melissa quiere descubrir que es lo que hago realmente. Me levanto como puedo de la cama y me voy directo a la ducha que se encuentra adentro de mi habitación.

Ya desayunado y limpio, me acomodo junto a la familia para ver las noticias, todavía andan investigando el suicidio que yo causé.

Hoy en el canal 23 de tú noticia, les traemos información del caso del edificio Lester, en el área del crimen, dicen los investigadores que consiguieron una pluma de color negro en la escena del crímen. La pluma al parecer tiene forma de una alá de un ángel pero no sabemos exactamente que es lo que hay detrás de todo esto. Sigue en sintonía con tú canal favorito, tú noticia.

No puede ser... Se me cayó una pluma, necesito ir a mi habitación. Rápido, antes de que me llame Scarlett. Me voy disimuladamente a mi habitación y me encierro en el baño. — Una pluma... — digo. Pero como me puedo revisar si no estoy asesinando a nadie, nada más me salen cuando estoy en acción.

— ¡Serafín, abre la puerta! — Se escucha la voz de Scarlett. Así que salgo y le abrí la puerta. — ¡Esa pluma es tuya! ¡Cierto! — me señala.

— Hola, hermanita querida. Me da un gusto verte. Pasa no tienes por qué romper mi puerta. Y no, no es mía. Puede ser de cualquier paloma de la ciudad. Una paloma grande.

— ¿Una paloma grande?

— Si, una paloma grande... Tú tranquila que no es mía.

— ¡Más te vale! Por qué te acuso con mis padres.

— Nuestros padres. — Sin decir más, se va de mi habitación.

Dios mío, como se me pudo desprender una pluma. Me acuesto en mi cama y escucho que tocan la puerta de nuevo.

— ¡Pasa!...

— Hermano, hoy en la noche tenemos que ir al edificio Lester. — dice Kevin cerrando la puerta.

— ¿Qué? ¿Por qué? — no entiendo por qué debería de ir de nuevo.

Saca su celular del bolsillo derecho y me muestra la imagen de la pluma.

— Esa pluma no es mía, ya les dije. — me tapo con la almohada.

— Serafín, a quien tratas de engañar. A mí, no puedes. Te conozco muy bien, sé que es tuya. Levántate y has lo que te enseño tu abuelo antes de morir.

— ¡La respiración! ¡Cierto!

Me mantengo calmado, mi abuelo siempre decía que cuando no puedan salir. Mantuviera una respiración profunda y pensará en la furia que llevo dentro. Al pasar unos cinco minutos, las alas aparecen.

— Nunca había visto tus alas tan de cerca. — dice asombrado. — Ok, dejame revisar. — Kevin, busca por cada parte y cada lugar de mis alas, hasta que encuentra una parte faltante. — La encontré. Sí, si es tuya. No dejes que Scarlett te vea esa parte. Te falta una.

— Pero... Es primera vez que me pasa.

— No sé, pero me imagino que se debió caer por algo.

— Sí, ahora déjame un momento a solas, necesito devolverlas a su lugar.
Kevin, sale de mi habitación y trato de calmarme para poder ocultar las de nuevo. Mis ojos cambian de un color a otro. Cuando tengo furia son rojos y salen juntos con las alas. Pero en realidad son azules.