CAPITULO 18

3 3 0
                                    

El edificio Lester, donde las historias se repiten una y otra vez. Sin avanzar o atrasar… Todo lo que sucede son acontecimientos inexplicables como lo que pasó con Esteban, ya pagó todo lo que me debía. Él pasado no se olvida, unas que otras cosas. Pero, lo que me hizo él. Jamás, se me olvidará.

Cómo una noche cualquier, un paseo nocturno no hace nada mal, más si es visitar a un viejo amigo mío. Llamo a la puerta pero nadie sale, me doy cuenta que está medio abierta. Agarro la manilla y la abro. Mis sentido se elevaron, mi piel se torno caliente, quiere decir que hay peligro.

—Serafín… — dice un hombre vestido de negro, sentado en uno de los sofás.

— ¿Adrián? ¿Qué haces aquí? — comento confundido

— Lo mismo que tú, buscar respuestas. Te cité aquí en el lugar de los acontecimientos por qué extrañaba ver tu rostro. Y la única manera era que pensarás que Esteban estaba vivo.

No digo nada, tomo asiento al frente de él sin quitarle la vista. Adrián, uno de los que me acompañó en prisión. Nunca le caí bien, pasaron tres veces seguidas en las que me quería ver muerto.

— Te veo diferente, más siniestro con poder — añade Adrián con una sonrisa maliciosa. — La vida en libertad te va muy bien ¿Eh?

Mantengo la mirada dejando que hablara y dejar que llegue al grano sin mucho rodeo.

— ¿Por qué, me llamaste? ¿Cuál es el placer de volvernos a encontrar? — pregunto finalmente

Adrián mantiene una postura de poder. Observándolo bien, tiene un as bajo la manga.

— Quiero que observes a tu alrededor, que revivas  aquella noche.

— No me arrepiento de nada, se lo merecía y lo sabes. Además, si quieres jugar tú juego del policía bueno y malo. Te sugiero que conmigo no lo has, es una perdida de tiempo. Mejor, ve al grano. — contesto, desafiando lo.

Me quedo en silencio esperando sus respuestas, sé perfectamente que Adrián no es una persona en la que debo fiarme.

— ¿Y? — digo rompiendo el silencio que se creó entre los dos — vamos a hablar o jugaremos quien hace más silencio que el otro. No tengo tiempo para estupideces Adrián. Si quieres meterme miedo con todo lo que me dices, lo vuelvo a decir es una perdida de tiempo. Sabemos que el que tiene más poder soy yo. Te aconsejo que terminemos está conversación tan encantadora, para retirarme de esta linda velada.

Veo como un brillo en sus ojos se vuelve más intenso, mi piel me advierte salir del lugar.

— Siempre tan seguro de ti mismo, no has perdido el toqué — dice Adrián, su tono se torna juguetón y amenazante a la vez.

No puedo evitar sonreír, mis instintos dicen que debo irme cuánto antes, que algo horrible está por suceder. Pero estoy aquí por una razón.

— Espero no estar perdiendo el tiempo contigo

— No, para nada solo quería verte… Y decirte que a veces el destino no puede ser ignorado de una forma u otra está detrás de nosotros buscando recordarnos que un pasado no se olvida.

Adrián se levanté lentamente, dirigiéndose a una botella de vino que estaba cerca.

— ¿No quieres? — dice

— No, gracias no soy de tomar vino

Una mentira muy grande

— Serafín quiero que entiendas que en éste lugar los muros escuchas y observan.

— Qué miedo, tengo mucho miedo — digo sarcástico, levantándome — No voy a jugar a los juegos mentales y menos contigo ¿Entendido?

— Un gusto verte Serafín…

— El placer es todo mío. Me encantó la velada, que se repita un día

No, claro que no quiero eso.

— Así va a ser… Cuídate las espaldas.

— Tú igual

Ok… Eso fue fuerte, mucha tensión me quita energías, lo malo de estar cerca de él, es sentirse débil. Sé que soy más poderoso, su aura es pesada. Menos mal que salí del lugar.

-----------------------------------------------------------

En camino a mi hogar, recibí un mensaje de mi madre avisando que nuestra familia estaba en casa. Qué sorpresa, veré a mi prima favorita.

—¡Familiaa! — mi voz hace eco a medida que voy pasando por el pasillo

Al entrar a la sala, veo a todos reunidos… Cada uno de mi familia está aquí y lo mejor Melissa, al notar que estoy aquí su sonrisa se congela al instante, se ve forzada.

—¡Serafín! — Exclama mi tía saludando, después su esposo y de última Meli, su abrazo se sintió distante.

Las conversaciones avanzan y me doy cuenta de que Meli está distraída, como si me quisiera evadir.

— Meli, Acompáñame — Digo, tomándola del brazo para llevarla afuera.

— ¿Qué te pasa? — dice, tirando del brazo.

— Solo quiero que hablemos

— ¿De qué? ¿Me vas a contar?

— Obvio no, Quiero saber cómo estás ¿Y Alisson?

— No te a respondido los mensajes ¿Cierto?

— ¿Tu tienes algo que ver en eso? Sé que no te gusta la idea de que salga con ella. Pero, deja de interferir en mis planes

— Ayudo a qué no la mates

— ¿Pero, qué? ¿En qué mente te cabe que yo le voy a hacer daño?

— Serafín, seamos sinceros. De familia a familia. La estás utilizando y después la matarás

— Si no te he matado es por algo — digo

— Por qué, nosotros — me señala — Somos familia, aunque no lo quieras ver así

— No tengo otra opción que verlo así — me acerco y veo como da un paso para atrás — Solo ten cuidado — me acerco más y acomodo su cabello para atrás de su oreja.

— Mantén la distancia, tanto con ella como conmigo. Me oíste.

— Fuerte y claro, quiero que sepas algo… No mataría a Alisson por ahora. Así que puedes quedarte en paz. Y tampoco se me ha pasado por la mente hacer algo tan malo con ella. Están tan delicada y frágil.

Melissa me observa con desconfianza, en sus ojos se refleja la preocupación hacía su amiga

— No entiendo por qué sigues con esto Serafín, por qué juegan con fuego. No sabes en lo que te estás metiendo. — Su voz tiembla ligeramente.

— Oh, sé en lo que me estoy metiendo más que tú. Además, no tengo tiempo para consejos familiares.

— Por qué, arruinar vidas. No es un juego — réplica, su voz se vuelve firme

No puedo evitar sonreír con su respuesta

— No las estoy arruinando, como lo dices… Estoy ayudando a la vida humana.

— Alisson no es un peón que puedes utilizar a tú antojó, ella es una persona y no deberías usarla.

Meli, da un paso para atrás, su expresión se endurece nuevamente.

— No quiero seguir está conversación — dice — No le hagas daño

— Ella, está en buenas manos. No te preocupes querida mía.

Regresamos a la sala y la atmósfera es más ligera, el ambiente cambio rápidamente.

— ¿Todo bien? — pregunta mi madre al vernos entrar

— Si, está todo bien madre. No te preocupes — digo dándole un ligero beso en la frente.

— Ok hijo, ayúdame con el pastel de chocolate que hice — dice mi madre con una linda sonrisa.

De verdad, no puedo creer que se casó con alguien como mi padre.

— Listo, cada porción está en su lugar… Buen provecho familia.

Todos tomaron cubiertos para empezar a deleitarse con el famoso pastel de mi madre. Tan dulce y brillante como siempre.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EL SECRETO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora