Parte 203

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Para ser exactos, fue tanto el Arok Taywind con el que se había estado frecuentando como el Arok que al parecer era su enlace y por quien debió estar tan desesperado como para querer morir de una bala.

Además, como consecuencia, no había tenido ataques y solo tomaba el medicamento del frasco marrón en cantidades muy pequeñas para aliviar las secuelas del incidente.

"Sé que soy guapo, pero..."

"¿Um?"

Mientras tallaba con fuerza, de repente dijo una palabra muy extraña.

Cuando Arok, que había estado observando en silencio, no entendió el significado y le preguntó, entonces el hombre giró la cabeza y lo miró haciendo que su cara, que de por si era muy masculina, ahora se viera áspera debido a las cicatrices y los trozos de piel que se movieron un poco de su lugar.

Sin embargo, la sonrisa en sus labios todavía parecía tan arrogante como de costumbre.

"Me estás mirando mucho, Arok."

"No tienes que sentirte mal por las marcas ¿Sabes? Estoy seguro de que van a disminuir con el tiempo".

Bendyke colocó la piedra a medio tallar y la navaja sobre la mesa y tiró de la mano de Arok para que se aproximara un poquito más a él.

El conde, sin negarse, hizo lo que le pidió y se sentó sobre sus muslos, abriendo las piernas al máximo hasta poder sentir que su carne se presionaba contra sus nalgas todo el tiempo.

Las yemas de los dedos ligeramente espolvoreadas con polvo de piedra rozaron la línea de su mandíbula, el labio inferior de Arok y al mismo tiempo, lo miró a los ojos y sonrió para él.

"No es eso... Digo, que si me miras con ojos tan ardientes como esos vas a terminar por quemarme hasta derretir mi lado bueno... La piel de mi cara terminó siendo muy delicada así que tienes que tener cuidado...

"¿Y qué hay de la manera en la que tú me miras, Bendyke?"

"¿Cómo te estoy viendo?"

"Como si no creyeras que estoy aquí contigo".

"¿Cómo puedo no hacer algo así cuando realmente no lo creo?"

"¿Qué se te hace tan difícil?"

"Un día, de repente abrí los ojos en un hospital y, resultó que la hermosa persona que sólo había visto en mis sueños me miró preocupado y dijo que era mi esposo. ¿Cómo podría creer mi suerte?"

"Pues si no me crees, entonces puedo irme".

"No lo tienes permitido".

La raíz del problema fue que dio una respuesta vaga cuando una enfermera le preguntó sobre su parentesco.

Además, fue fácil engañarlo porque su memoria estaba deteriorada y no había mejor excusa en el mundo para pagar las facturas médicas y traerlo a la mansión sin investigarlo.

Pero las cosas se habían quedado de esa manera incluso ahora.

Y sabía que cuando la herida sanara y llegara el momento de volver a salir a la sociedad, tendría que explicarle lo que había pasado entre los dos y muy posiblemente dejar que se marchara.

Pero, como ahora existía una posibilidad cada vez mayor de que él no volviera a ser el de antes y su novio con el que había hecho el enlace en realidad no existía, se preguntaba si era necesario explicarlo de todos modos o aprovecharse.

Además, si intentara darle sus recuerdos, ¿No terminaría luchando contra el dolor y convirtiéndose en un completo desastre otra vez? ¿No intentaría suicidarse de nuevo? No iba a cometer ese error ahora.

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS II (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora