Parte 206

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Klopp se levantó. 

Junto a él, estaba durmiendo una persona que le hacía exclamar de asombro cada vez que lo veía y que parecía tan desordenado como se esperaba de alguien que había tenido una aventura apasionada hace apenas un par de horas:

Piel sudorosa y tersa.... Mejillas sonrojadas.... Una nariz recta.... Labios rojos... Pestañas limpias... Cuerpo con músculos....

Luego cerraba los ojos y lo veía también a él:

Piel pálida... Mejillas chupadas... Pómulos llenos de pequeñas cicatrices... Labios partidos.... Pestañas temblando de miedo y el cuerpo delgado hasta el punto en que se le veían los huesos...

Este era Arok Taywind en toda su gloria. 

Un alma sana que no luchaba contra los celos, y que estaba intacto y puro. 

A salvo y protegido en su pequeña cama limpia y cómoda dentro de su casa calientita y con gente que daría la vida por él. 

Un noble que sabía brillar y que incluso te hacía sentir un leve complejo de inferioridad cuando lo tenías a un par de centímetros.

Klopp agradeció que la tragedia causada por su necedad ya no continuara y que se hubiera detenido con su muerte.

Ahora, finalmente estaba tal como era. 

La forma en que se miraba a si mismo, la forma en que hablaba con un toque de cautelosa arrogancia, la manera en que arreglaba su postura cuando nadie estaba mirando y esa mirada suya que parecía llena de confianza. 

Todo, era parte de lo que formaba a un Taywind, y no había ninguna intención mezquina en él que le hiciera odiarlo.

No obstante, eso provocó que las cosas de su desarrollo encajaran de una forma u otra: Es decir, todo lo que ocurrió en su primera vida fue un desastre provocado por él, por su propio complejo de sentirse nada cuando lo tenía cerca y que disfrazó de una venganza por la muerte de su querido esposo. 

Y cuando tomó conciencia de eso por primera vez y se dio cuenta de que tenía sangre en las manos, su mundo entero cambió hasta que sintió una confusión total que le hizo pensar que definitivamente había desatado un infierno en la tierra.

Le concedieron recuperar sus recuerdos en un cuerpo nuevo. 

Confirmó la existencia de Arok y trabajó sin siquiera tener tiempo para comer con el único fin de recuperarlo y pedirle perdón o, al menos, de intentar que las cosas fueran diferentes a lo que había provocado antes. 

Ni siquiera podía dormir o concentrarse o estar con la mente en otra cosa que no fuera él y puso a prueba sus límites físicos para encontrar su camino de regreso a sus brazos. 

(Algo fácil teniendo en cuenta que ya lo había hecho antes.)

Primero se puso en contacto con Wolflake, que tenía pocos prejuicios contra su ciudad natal, se tomaron de la mano como si fueran amigos de toda la vida y construyeron un puente financiero increíblemente sólido que pareció darle el camino libre a otras inversiones. 

Después de ganarse cuidadosamente la confianza de Westport, regresó con Marta y como si eso no fuera suficiente, incluso incluyó a la duquesa de Clayton en la ecuación. 

Era algo que no habría hecho en el pasado pero que valía completamente la pena si podía llegar a Arok Taywind ahora. 

Quería tener una buena reputación y rezó para que las consecuencias de su desalineada primera reunión no duraran demasiado. 

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS II (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora