07 | Santa

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|| Alice Ackerman ||

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|| Alice Ackerman ||

Siento la luz del sol acercarse a mi rostro, los rayos entran levemente por la pequeña línea en las cortinas del gigantesco ventanal del penthouse.

Abro mis ojos poco a poco frotando estos con cansancio, al abrir por completo mi mirada, observo mis alrededores.

Estoy en la habitación de Erwin, desnuda. Y él esta a mi lado profundamente dormido.

Solo me cubre una sabana blanca que es la misma que la del rubio, me siento sobre la cama recargándome en la cabecera.

Pequeños fragmentos vienen a mi mente de la madrugada, poco a poco son más claros. Lo recuerdo todo perfectamente.

Recuerdo que Erwin beso cada rincón de mi piel.

Lo recuerdo entrando y saliendo de mi.

Encima mío.

Todo.

Miro la hora en un reloj electrónico pegado en la pared, pasan de las once de la mañana. Es sábado así que no hay tanto problema.

¿Qué debería hacer?

Lo primero que vino a mi es escapar como una criminal.

Me levanto de la cama con total cuidado y voy tomando las prendas que usaba anoche, están esparcidas por el suelo.

Hago todo en total silencio teniendo cuidado de no despertar al orbes azulados y me voy cambiando a la par.

Me dirijo a la habitación de huéspedes en donde esta mi ropa limpia y doblada sobre la cama.

¿Acaso?

¿Erwin la lavó?


...



Manejo por la ciudad con destino a casa, aun no sé cómo tener el valor de ver a mi padre y no por el tema de que me haya acostado por segunda vez con su mejor amigo, sino por mi madre. En realidad tengo demasiadas preguntas.

40 y 20 || Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora