🍁Desconocidos🍁

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– Oye, a ver muéstrame tus fotos.- chilló mi mejor amigo.

- No le muestro mis fotos a nadie, a menos que sea necesario.-dije en un tono frío.

- Tu mejor amigo acaba de llegar de otro país y así lo tratas.- dijo incrédulo ladeando la cabeza.

– ¿ Qué tal si vuelves a Australia a ver canguros eh? Así dejas de joderme la vida.- bromeé a lo que él puso expresión de que no le había gustado nada mi broma.

- ¿ Quieres ir a por un café? Y así nos ponemos al día.– indagó ignorando mi cara de culo, la que tengo todo el tiempo.

Sólo asentí y lo seguí, estábamos en un parque cerca de un Starbucks, así que no demoramos en llegar.

Kim SeokJin era un ser odioso y narcisista como los duendecillos molestos de los cuentos de hadas, pero había sido mi único mejor amigo durante muchos años, así que tenía que soportar sus chistes malos y su actitud de autosuficiencia.

– Vaya, hay pocas personas en la fila, espera, traeré tu expreso.- ordenó el rubio.

Saqué mi celular y comencé a revisarlo para matar el tiempo, porque sí había una fila extensa, sólo que mi amigo era miope y no diferenciaba una persona de muchas. Nótese mi sarcasmo.

Sentí haber chocado con alguien y para cuándo reaccioné, logré ver a un chico de cabello castaño claro y ojos cafés...la mismísima descripción de una deidad, simplemente demasiado hermoso para ser real.

Al parecer había derramado café en mi camiseta blanca, para una vez que decido usar algo que no sea oscuro, me pasa esto.

Cosas que sólo le suceden a Jeon JungKooK.

– L- Lo siento, ve-venía distraído.- tartamudeó.

– Está bien, puedo solucionarlo.- dije resoplando.

Me saqué la camiseta sin importarme si me veían o no, sentí su vista sobre mí, calculando cada parte de mi torso, los tatuajes de mi brazo.....era un escáner o qué.

– Oh, te ha quemado, era café caliente.- comentó frunciendo el ceño con preocupación.

- Está bien, no es nada, yo estaba en tu camino y no me viste.- afirmé colocándome una camiseta negra que cargaba en mi mochila.

-¿ Siempre andas así de preparado?– preguntó señalándome.

- Nunca se sabe cuándo un chico distraído le derramará a uno café caliente encima.- comenté causándole una leve risa.

Su risa era gutural, ronca...pero sonaba perfecta...

¿Ya dije que era perfecto de la cabeza a los pies?

- ¿Me estás coqueteando?.- preguntó sonriendo.

Mierda SeokJin dónde estás cuándo se te necesita, sácame de este apuro y rápido.

- Te debo un café.– hablé, cambiando de tema.

– No bebo eso, no me gusta.- sentenció él con una mueca de asco.

– Entonces lo compraste sólo para derramármelo encima y tener excusa para hablarme.- bromeé.

– Qué te hace pensar eso.- dijo clavando sus orbes cafés en mí.

– Muchas cosas, por ejemplo...que acabas de entablar una conversación conmigo, aunque soy un extraño.– contraataqué desviando mis ojos de los suyos.

– Si fueras alguien extraño, ten por seguro que no estaríamos hablando justo ahora.- habló.

- ¿Nos conocemos?.- indagué descolocado.

– No hay que conocer a alguien para saber quién es en realidad, sus acciones dicen mucho de sí mismos.- murmuró pensativo.

Divisé a SeokJin acercándose a mí con los vasos de café en sus manos.

– Ya podemos irnos.-afirmó bebiendo de su vaso.

Tarde, yo ya había sido hechizado por ese chico de aura pícara. Su sonrisa de ángel caído me había hipnotizado, ¿cuál fue su truco? no conocía bien las sensaciones que estaba teniendo ahora mismo. Me sentí levitar, flotar y todo lo relacionado a no tener los pies sobre la tierra.

En cuanto salí por la puerta lo perdí de vista, quizás es de esas personas que encuentras en en la calle, de camino al trabajo o a la escuela o a donde sea que vayas y te arreglan un mal día.

Desafortunadamente esas personas no volvían a encontrarse, sólo el 1% de los humanos tenía probabilidades de hacerlo, pero el otro 99% se conformaba con el recuerdo y guardaban la esperanza de volver a ver al extraño que con sólo sonreír los hizo sentir mejor en un minuto de lo que se habían sentido en toda su vida.

Desde que lo ví algo estaba pasando en mí, y no lo decía yo, lo decía mi cuerpo.

Probablemente ahora estaría produciéndose en mi cerebro un descenso de la serotonina dando paso a la liberación de dopamina, la hormona vinculada a las sensaciones de placer y gratificación.....lo cual podría ser o enamoramiento o cualquier otro sentimiento que  me hiciera sentir nervios de la nada.

Sí, lo sé, tengo un raro concepto sobre el tema, pero es todo lo que sé... hipótesis porque nunca lo he experimentado.

Mentira, claro que lo has hecho.

– SeokJin, creo que me he enamorado.– solté parando el paso en medio camino.

– ¿ Que te has qué? qué burradas dices JungKooK.- dijo confundido.

– Siento que estoy en medio de un proceso cerebral llamado liberación de dopamina, al verlo se me aceleró todo , el pulso, la respiración, y me sentí raro, como drogado, sin consciencia, como si flotara.– respondí casi en un susurro.

–De qué te fumas.- dijo riendo.– Además como mierda sabes qué pasa en tu cerebro ridículo.– apostilló reanudando el camino hacia mi auto.

– Sólo lo sé...no preguntes cómo.– hablé adelantándose y subiendo al asiento del conductor.

– ¿Conducirás liberando...dopamina?.– comentó burlón.

– Me avisas si quieres irte caminando.– solté molesto porque no se tomaba nada en serio.

El auto se había inundado de silencio hasta que él lo rompió.

– No es algo que la ciencia pueda explicar, como la mitad de las cosas que pasan en este mundo, sólo...pasa y ya.– dijo con sería expresión.

– Todo tiene explicación, si no ¿cómo sabemos las reacciones que tiene el ser humano?.– pregunté retóricamente.

– Todo lo que sabe la humanidad, lo ha conocido por la voz de la experiencia....la lógica es sólo algo para explicar cosas que igual y no pueden ser explicadas.– comentó girándose a verme con el ceño fruncido.

– Osea que según tu, hay que experimentar primero.– contesté en un susurro.

– Claro, tú por ejemplo, si nunca hubieses besado a un hombre no sabrías que eres bisexual.– señaló gesticulando con sus manos.

Entendía su punto, pero no quería hacerle saber que lo que sentía no era desconocido para mí, sólo no quería volver a caer en algo que me destruyó por completo.

Pero volví a recordarlo a él, el chico del que ni siquiera conocía su nombre...parece trillado pero realmente era como un imán, además de la tensión sexual que desprendía su aura era atrayente, difícil de resistir incluso para mí.

No me gustaba como pintaba esto, ese sexsymbol era una redflag para mí, mi corazón me imploraba a gritos “ No te acerques, la última vez no te fue bien".









Wish You The BestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora