Capítulo 3

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Llevaba toda la semana yendo a la biblioteca para preparar bien su presentación y adelantar algunos trabajos. En algunas ocasiones se había encontrado con Ruslana y Bea y había mantenido conversaciones intrascendentes con ellas. Se estaban empezando a llevar muy bien.

El viernes decidió ir a casa de su tía, que vivía en Madrid, y comer con ella al salir de la universidad. Se despidió de Salma y Denna que habían coincidido con ellas al salir de su última clase.

—Y recuerda, ¡no hagas nada que yo no haría! —gritó Salma como despedida.

—Pero si solo voy a casa de mi tía —dijo la pelirroja entre risas. Su amiga era todo un caso.

—¿Y? Nunca sabes lo que te puedes encontrar en el camino. Quizás te encuentres a un famoso y tienes la oportunidad de follártelo. En ese caso deberías hacerlo porque es lo que haría yo —dijo sonriendo y levantando ambas cejas varias veces.

—Lo que tú digas —puso los ojos en blanco mientras sonreía y se despedía con la mano.

Tardó 30 minutos en llegar y su tía Elena la recibió con los brazos abiertos, como siempre.

—¡Violeta! —sonrió al ver a su sobrina pero instantáneamente frunció el ceño al verla —pero bueno, ¿qué te has hecho en el pelo? Si pareces una zanahoria —dijo efusivamente abrazándola.

—Vaya recibimiento, tía. Tan agradable como siempre —ironizó y puso los ojos en blanco mientras le devolvía el abrazo con la misma intensidad.

—Ya me conoces. ¿Y cómo has estado? Hacía mucho que no me venías a ver. Tanto que hasta te has teñido de pelirroja por una razón que desconozco pero que probablemente sea por un mental breakdown —entrecerró los ojos a ver si sonsacaba algo de las expresiones de su sobrina.

—Me gustaría decirte que no fue por eso pero la verdad es que sí —dijo riéndose.

Su tía Elena y ella siempre habían sido muy cercanas. Elena apenas tenía 41 años y cuando Violeta era una niña le encantaba jugar con ella. Con el avance de los años, en la época de su adolescencia, la pelirroja consiguió un apoyo en su tía que no consiguió con nadie más de su familia. Por eso, y porque tenían muchas cosas en común, se lo contaban todo aunque no se viesen muy seguido.

—Ayúdame a poner la mesa, anda —pidió su tía.

Empezaron a comer lasaña casera porque ya que venía poco, pues que comiese bien.

—¿Qué tal las clases? —preguntó Elena para no ser muy directa en lo que verdaderamente quería preguntar.

—Bien, aunque el TFG ya me está volviendo loca y eso que apenas llevamos unos días —suspiró pesadamente.

—¿Y Denna y Salma? ¿Cómo están mis chicas favoritas? —inquirió con una sonrisa.

—Se supone que soy tu sobrina y que la favorita debería ser yo, ¿sabes? —alzó una ceja.

—Ay, Violeta, detallitos —desestimó con su mano lo que decía su sobrina.

—En fin —puso los ojos en blanco —están genial. Denna sigue saliendo con Álex y les va de puta madre. Además, ahora está haciendo un trabajo de interpretación improvisada con los de primero y le está encantando. Dice que le ha tocado con un chico monísimo y super majo —explicó —Salma sigue soltera, en su línea, y también está haciendo algo muy guay en la carrera. Intentando transmitir mientras canta en una asignatura que se llama coro de orquesta, o algo así, creo. Aunque para mí no necesita esas clases porque ya transmite mucho pero bueno —concluyó levantando los hombros recordando las veces que había escuchado cantar a su amiga.

The Sound Of Your Whispers - KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora