Capitulo 11

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—¿Estás seguro de esto Gyu?

Beomgyu negó.

—Sólo lo hago por Yeonjun, pero no
estoy seguro. —Admitió soltando el aire despacio intentando calmarse.

Miro una vez más su atuendo frente al
espejo.

Llevaba una blusa negra sencilla junto
a una falda negra corta de olanes,
dejando a la vista sus muslos gruesos
y el inicio de su trasero, sus piernas
estaban cubiertas por unas medias de
red del mismo color que el resto de
su atuendo, su cabello castaño estaba
desordenado dándole un aspecto
sensual y atrevido las orejas de gato
casi ocultas por el largo tamaño de
este. Había algo de maquillaje sobre
su rostro y en sus muñecas había un
par de brazaletes, como cereza para el
pastel en su cuello reposaba un lindo
collar rosa con la frase 'Gatito de Choi'
escritas en él, cortesía del dueño del
apellido.

Yeonjun había intentado por todos los medios posibles tener una relación más que amigos con Beom. Después de que el mayor le dijera: Te dejaria tocar mi trasero si fueras mi novio.

Desde ese momento Yeonjun había
comenzado a invitarlo a citas -las
cuales no eran nada fuera de lo común ya que siendo amigos salían mucho juntos- pero Choi se había encargado de que el significado de cita siempre estuviera presente.
Los regalos, cartas, mensajes y
llamadas por la madrugada si
marcaron una diferencia en su rutina.

Yeonjun le había pedido hace una
semana el ser pareja oficialmente, a lo
que Beomgyu se negó, alegando que
para el menor sólo era un capricho y
nada más. El pelinegro había hecho
frente a Beomgyu lo que jamás había
visto de él, llorar.

Choi Yeonjun había llorado, por su
causa, el en verdad había pensado que el pálido le veía como un juego y ya, tenía miedo de salir lastimado que no se dio cuenta de que estaba lastimando al menor con sus inseguridades, por que si bien Yeonjun al principio había
mostrado sólo interés en su trasero -o
eso es lo que Gyu piensa- con el paso del tiempo eso pasó a segundo plano.

Había pasado Yeonjun se había
enamorado por primera vez, y también le habían roto el corazón y le dolía ser el causante de eso.

Por que él también estaba enamorado, pero desde mucho antes que Yeonjun sacará a relucir que padecía, nalgofilia.

Y ahora le tocaba remediarlo. Sería
el mejor regalo de cumpleaños que
Yeonjun hubiera pensado en recibir
hoy.

—Yo puedo —Se animo a si mismo —. Mierda Kai agarrame que me
desmayó, Joder...

—Ay Gyunnie...

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