Vlad entra en batalla.

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Vlad entra en batalla.

Vlad ordenó a sus hombres: "Estén preparados".

Los hombres, aunque estaban llenos de una ligera sensación de miedo, eran verdaderos norteños, y se armaron de valor, preparándose para la batalla de sus vidas.

Comprendieron la gravedad de la situación: no podían permitir el paso de estas personas. Escucharon la orden de su comandante: "Sólo asegúrense de que nadie pase; yo me encargaré del resto".

La confusión envolvió a las filas, pero lo que presenciaron a continuación los dejó completamente conmocionados.

Vlad, vestido con una llamativa armadura negra y roja, se movía a la velocidad del rayo, cada uno de sus movimientos parecía como si se estuviera teletransportando de un lugar a otro. Mientras atravesaba el caos de la pelea, sus movimientos eran tan fluidos y precisos que parecía como si el tiempo mismo se hubiera congelado.

Sus prendas negras ondeaban detrás de él, dejando un rastro escultórico a su paso. La tela, de intrincado diseño y que combinaba con los colores de su armadura, se retorcía y giraba, formando un tapiz etéreo de negro y rojo. Cayó en cascada por el aire, desafiando la gravedad como si fuera impulsado por una fuerza invisible. Con su katana firmemente agarrada en su mano, Vlad desató un torbellino de cortes mortales y golpes precisos. Su velocidad era incomparable, lo que le permitió acortar rápidamente la distancia entre él y el ejército enemigo.

Uno del ejército del Norte lleno de asombro "¡Por los dioses antiguos, miren a Lord Vlad! ¡Se mueve como un fantasma!"

Mientras se enfrentaba a sus oponentes, los rápidos movimientos de Vlad, acompañados por el rastro de tela que fluía, crearon una fascinante ilusión de que era la misma persona navegando sin esfuerzo a través del caos de los enemigos. Mientras se lanzaba de un oponente a otro, su movimiento se volvía borroso, dejando tras de sí un flujo continuo de tela escultórica que conectaba sus posiciones anteriores y actuales.

El rastro de tela de la ilusión se derrumbó con gracia cuando Vlad se detuvo, sólo para ser convocado nuevamente mientras continuaba su implacable asalto. Los enemigos, tomados por sorpresa por sus rápidos movimientos, lucharon por mantener su velocidad y precisión.

Sus movimientos se convirtieron en una danza fascinante de precisión letal. Con cada ataque, demostró su dominio del combate, despachando rápidamente a sus enemigos con golpes calculados y devastadores. Su armadura negra y roja parecía amplificar su destreza, mejorando su velocidad y agilidad, al tiempo que infundía miedo en los corazones de aquellos que se atrevían a enfrentarlo.

Este efecto visual dificultó a sus adversarios rastrear los movimientos exactos de Vlad. Los enemigos lo vislumbrarían corriendo de un lugar a otro, pero antes de que pudieran reaccionar, se encontrarían frente a un espacio vacío. Era como si Vlad se hubiera fusionado perfectamente con su entorno, convirtiéndose en una presencia esquiva y fantasmal.

Andal Soldier 1, presa del pánico, gritó "¡Es un demonio! ¿Cómo puede alguien moverse tan rápido?"

La estela de tela, que combinaba con los colores de su armadura negra y roja, jugó un papel crucial a la hora de perpetuar esta ilusión. Mientras Vlad se movía, la tela se retorcía y giraba, creando un espectáculo visual dinámico que aumentaba la confusión y desorientación de sus oponentes. Era casi imposible discernir dónde terminaba Vlad y comenzaba la tela, mezclándose perfectamente en una sola entidad.

Otro capitán ándalo gritó con miedo: "¡Derríbalo! ¡No podemos dejar que se escape!".

Los enemigos se encontraron rodeados por un torbellino negro y rojo, cada golpe de Vlad acompañado por la danza fluida del rastro de tela. Blandían sus armas hacia lo que creían que era Vlad, sólo para encontrarse golpeando el aire o chocando con la tela ondeante.

Los soldados estaban frustrados y uno de ellos gritó "¿Dónde está? ¡No puedo ver sus movimientos!"

La capacidad de Vlad para crear esta ilusión y mantener la perfecta fluidez de sus movimientos mostró su excepcional habilidad y dominio del combate. No sólo aumentó su mística sino que también sirvió como una ventaja táctica, manteniendo a sus enemigos desequilibrados e incapaces de predecir su próximo movimiento.

Mientras Vlad se movía con una agilidad cegadora, su katana bailaba en el aire, dejando un rastro de extremidades cortadas y adversarios cayendo a su paso. La armadura negra y roja adornaba su cuerpo, brindándole protección y flexibilidad mientras atravesaba el caos del campo de batalla.

Con cada movimiento de su katana, los movimientos de Vlad se volvían borrosos, sus golpes eran entregados con una precisión incomparable. Los soldados enemigos apenas tuvieron tiempo de reaccionar antes de ser víctimas de la veloz y letal espada. La velocidad de Vlad le permitió enfrentarse a múltiples oponentes simultáneamente, evadiendo sus ataques sin esfuerzo mientras atacaba con una precisión mortal.

Mientras era hijo de Lord Manderly, Jeorn Manderly miraba la escena con sorpresa, asombro y miedo. Pero luego recordó a Theon Stark diciéndoles a los Señores: "Vlad Tepes está bendecido por los dioses, todavía no habéis visto sus poderes".

Muchos en ese momento pensaron que era simplemente Theon Stark elogiando la habilidad con la espada y la inteligencia de Vlad.

Pero ahora sabía que eso era lo que Theon Stark quería decir.

Jeorn Manderly murmuró: "¿Qué... qué es esto? ¡Theon Stark tenía razón sobre los poderes de Vlad!"

En el fragor de la batalla, Vlad apareció como una fuerza singular, sus movimientos y el rastro de tela se fusionaron en una entidad armoniosa. Fue una impresionante demostración de agilidad, precisión e ilusión, que dejó a sus enemigos desconcertados y vulnerables a sus ataques ultrarrápidos.

[N/A: Estoy buscando un buen cartel y un lema para House of Tepes, lo único que encontré hasta ahora es el emblema y el lema de Batman "La muerte llega a todos".]

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