Confesión.

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Libidinum Religio III.

Confesión.

(O como obtener la absolución a todos tus pecados.)

La misión en el colegio ciertamente empezó como algo muy entretenido, pero en los días que no hay avances en su investigación todo se vuelve largo y tedioso, incluso para el mismo Sebastián quien lleva una muy apretada agenda como el encargado de la casa azul y desde luego sirviente del conde Phantomhive, aunque afortunadamente el chico ha sabido mantener las cosas interesantes con sus constantes ataques de lujuria, ya sean voluntarios o espontáneos. El no se cansa de decirlo, el mocoso sabe sorprenderlo.

La Lujuria Religiosa de ese chico tiene su lado bueno y el profesor Michaelis muchas anécdotas para comprobarlo...

....

Una tarde común y corriente el profesor Michaelis caminaba de vuelta a la casa azul luego de hacer los deberes que le correspondían a su amo durante el tiempo del sirviente. Claro todo esto mientras el mocoso fingía investigar en la misión encomendada por su Majestad. Como si el no tuviera ya una agenda demasiado ocupada por cumplir, además el enano le había prohibido llamar demasiado la atención abusando de sus poderes.

Lastimosamente Sebastián más que por eso siempre solía llamar la atención por su físico y Joanne Harcourt lo sabía muy bien, más allá de la amabilidad del profesor el empezó a sentir cosas y ahora aún cuando él ni siquiera era el encargado de su dormitorio buscaba la forma de llamar su atención con los más absurdos pretextos. Como hoy...

-¡Profesor Michaelis! - un joven rubio ligeramente sonrojado corre tras el demonio. -¿Podría permitirme algunos minutos de su tiempo? Hay algo que deseo hablar con usted. -

Sebastián realmente estaba ocupado ese día, pero también muy MUY curioso de saber cómo sería el comportamiento de ese joven luego de haberlo escuchado follando con su amo. (*)

-Por su puesto, pero no a pleno rayo del sol. -

-¡Po-podemos ir a la capilla! - habla apenado el joven. -A esta hora del día está vacia y suele ser un lugar bastante fresco. -

-Me parece una excelente idea. - y buscando provocar más a la molesta mirada azul que hace mucho le acechaba toma al rubio de los hombros para pegarlo un poco a él jurando que incluso pudo escuchar las maldiciones de su amo a la distancia.

Joanne Harcourt ajeno a todo caminaba dichoso hacia la capilla sintiéndose la princesa del cuento siendo escoltada por el tipo más guapo hacia el baile. Claro que en su entorno en realidad permanecían sentados en la última banca de la capilla, donde cosas no muy cristianas sucedían cada domingo.

-Y bien, joven Harcourt, ¿de qué necesitaba hablarme? -

-Yooo... Pues verá... Quería darle las gracias por ayudarme a limpiar mi nombre y creer en mi. También quería agradecerle al chico Phantomhive, pero no he podido coincidir con el más que una vez y... No resultó muy bien. No me atreví a mirarlo. - habla totalmente sonrojado pensando en lo que escuchó y cómo deseo ser el que fuera profanado por el profesor.

-Sin embargo las cosas no parecen ser así con mi humilde persona, ¿podría saber cuál es el motivo? Recuerde que no es bueno mentir frente a Dios. -

-Es solo que... En esa habitación... Se escuchan mucho más que conversaciones. -

-Lo entiendo, pero ese es nuestro secreto de 3, ¿no es así? - el chico asiente. -Yo le daré personalmente su agradecimiento al joven Phantomhive. - sonríe.

-Profesor... Ese joven Phantomhive es muy especial... ¿sabe? Yo quisiera serlo también.-

-¿Disculpe? -

LIBIDINUM RELIGIO. (2022-2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora