Inicio

1.2K 180 15
                                    

Tenía 14 años cuando fui presentado como un doncel disponible a la sociedad.

Había madurado lo suficientemente bello, tenia una linda cabellera oscura, mi sonrisa parecía hecha de diamantes, los modales que mostraba eran refinados y aparte era muy inteligente. Era el paquete perfecto para ser un esposo trofeo.

Me gustaba vivir en ignorancia, sabía que después de ser presentado en el baile anual, al año siguiente debía empezar a participar activamente en todos los eventos, ahora era un joven totalmente disponible para el cortejo.

La presión de los compromisos sociales y la idea de un matrimonio concertado me abrumaban. Todos mis hermanos mayores estaban casados, los únicos disponibles para matrimonio era él y su hermano Patricio, pero él no era doncel, así que no tenía esa presión encima.

No estaba dispuesto a sacrificar mi libertad y ser arrastrado por las locas costumbres de la sociedad. Entonces, una chispa de ingenio vino a mente en ese monto.

Sentándose frente a mi escritorio, empecé a darle vida al plan.

En el internado donde estuvo el año pasado, la institutriz del área de lectura nos había hablado del programa de cartas al extranjero a militares, era una linda forma de conseguir un esposo o en caso de los varones, influencias para su futuro.

Nos habían obsequiado una gran lista de candidatos e hice memoria para recordar alguno de los nombres.

No era tonto, solo tengo 15 años, así que con cuidado empecé hacer memoria de todos los libros de romance que había leído en mi corta vida y lo imaginé.

Mas alto que yo y por supuesto más fuerte, que cuando me tuviera entre sus brazos me hiciera sentir protegido y a salvo. De pelo rubio y unos bellos ojos azules, su nombre era Max Emilian Verstappen, y según la información de la lista era un cadete recién enlistado a las filas de la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos, alguien cuya ausencia en los bailes de sociedad se justificaría por su deber en la guerra.

¿Qué cuando lo conocí? Exactamente hace siete meses, tristemente no en persona, pero ese era preciso el tiempo que llevaba en  casa, por lo que su padre pensara que le empecé a escribir a poco tiempo de salir de ahí.

Con cuidado, saco mi bolsa de pergaminos y mi pluma más estilizada, había aprendido el arte de escribir a una edad sorprendentemente joven y siempre me gustaba mejorar mi técnica, por lo que con cuidado coloco la pluma en tinta y comencé a escribir.

Horas después, solté un suspiro mientras miraba mi pequeña obra de arte.

Con cuidado, espere a que la tinta se secara para con un pincel pasarle una pequeña capa de pintura café mezclada con agua al pergamino, esto con la idea de darle un efecto más "viejo".

Sabiendo que en mi casa no habría nadie hasta bien entrada la noche, me prepare para escribir una docena de carta de ida y vuelta.

No habían pasado ni dos semanas de haber elaborado mi plan cuando lo puse en marcha con mis padres.

Nos encontrábamos tomando el té con la familia Räikkönen , los cuales también tenían un hijo de mi edad.

— ¿Y ya han recibido propuestas para Sergio?

Y que inicie el circo.

— ¡Claro que sí! Hace poco nos llego una carta por parte Sir Hamilton y creo que le diremos que sí, su hijo está preparándose para sustituir a su padre en unos años y será un candidato perfecto, aparte, tendremos a un integrante con título, eso nos hará más importante en el círculo.

Mi papá Fernando hablaba en un tono bastante cínico si me lo preguntan, conocía a Lewis y a su padre, eran de los pocos hombres de color que hacían parte de la aristocracia, su madre era hija de alguien de la alta corona y se había casado con su marido quien era un hombre de ciencias de ahí nació Lewis, un estriado en toda la palabra, en su opinión, era un hombre que tenia un palo metido por el trasero, muy serio, muy recto para su gusto, como si fuera toda una capa.

— Temo papá que esa carta será contestada con una negativa — respondí mientras tomaba otro sorbo del té desabrido que nos sirvieron.

— ¿De que hablas Sergio? ¿Acaso ya has respondido algún pretendiente sin el permiso de tu padre?

— ¿Acaso madame Geri no los puso al tanto? Papá, llevo siendo cortejado cerca de siete meses por un Verstappen.

— ¿Un qué? ¿Y esa familia de donde es?

—Un Verstappen de Países Bajos, es un cadete de las fuerzas especiales aéreas, su familia tiene linaje en el ejército.

Mi papá parpadea varias veces mientras me observa, a su lado Sebastián el esposo del señor Räikkönen y su hijo Charles los observaban en silencio.

— ¿Y tu de donde conociste a ese joven?¿qué edad tiene? ¿Cómo es?¿Es hijo único? — mi papá parecía a punto de tener un ataque — ¡Sergio contesta!

Respiro profundo porque lo que diga ahora, no tendré vuelta atrás — Madame Geri nos conto de este sistema de cartas que tenia el internado con futuros prospectos, ahí estaba el nombre del joven Verstappen, deberías de haberlo sabido, los profesores piden permisos para este tipo de ocasiones después de eso solo inicie con el envió de cartas, cada quince días envió una y el me responde una vez al mes o dos, dependiendo de que tan ocupado este. El cartero ha estado mucho tiempo rondando por la casa, para ser un hombre de detalles se te paso eso. — termine mi mini discurso dando otro sorbo al té.

Mi papá parecía a punto de explotar, sabía que lo había humillado con esto último, pero conocía a Sebastián y en no era un doncel chismoso y Charles conocía de mi engaño, el sabría que responder.

Solo espero que esto no sea un problema de futuro.

Cartas a Max Verstappen [CHESTAPPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora