Yuki

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Sergio había estado nervioso un rato después de su conversación. Aunque Max ya sabía de la existencia de Yuki, lo siguiente que iba a hacer era diferente. Era la primera vez que se lo presentaría de manera formal, y aunque no sabía exactamente por qué, la situación lo tenía más ansioso de lo que habría esperado. Yuki, por su parte, su lindo bebé parecía un poco ajeno a todo, y Sergio estaba seguro de que Max lo entendería... o al menos, eso esperaba.

Max estaba sentado en el sofá, con los ojos cerrados mientras trataba de procesar toda la información, cuando Sergio entró en la sala con Yuki a su lado. — Max, — comenzó Sergio, tratando de sonar casual, aunque su voz lo traicionaba con un ligero temblor, — quiero presentarte formalmente a alguien que con lo hablado anteriormente vas a ver bastante seguido.

Max levantó la mirada de su teléfono y, al ver a Sergio acompañado por Yuki, una pequeña sonrisa apareció en su rostro. — ¿Yuki, verdad? — preguntó, ya habiendo escuchado algunas historias sobre él en el pasado.

Sergio asintió, y Yuki, con una sonrisa encantadora, extendió su mano hacia Max. — Sí, Yuki Webber, — dijo con toda la confianza de un infante. — Es un placer conocerte, pero papi nunca a hablado de ti.

Max aceptó el apretón de manos, su sonrisa ampliándose un poco. — El gusto es mío, Yuki, — respondió mientras lo miraba con curiosidad. — Bueno Sergio si ha hablado mucho de ti. Me alegra finalmente conocerte.

Sergio, viendo que la presentación inicial iba bien, se relajó un poco, pero sabía que tenía que dar un poco más de contexto. — Yuki ha sido una parte importante de mi vida desde hace un tiempo, — explicó, mirando a Max para asegurarse de que entendiera lo que estaba diciendo. — No solo es un buen niño, también ha sido un gran apoyo en los momentos en los que más lo he necesitado. Es mi pequeña ancla.

Yuki asintió, modestamente. — Yo siempre estoy para papi. 

— Lo es, — insistió Sergio, mirándolo con gratitud. Luego volvió su atención a Max. — La razón por la que te lo presento ahora es porque probablemente si de verdad quieres que me vaya contigo, tienes que saber, que el siempre será mi prioridad, siempre.

Max observó la dinámica entre los dos con una suave mirada. Entendía la importancia de la relación que Sergio y Yuki compartían, probablemente desde que Sergio se aisló, Yuki fue su única compañía  — Me parece bien, — dijo finalmente, su tono relajado. — Es bueno saber que tienes a alguien como Yuki a tu lado.

Sergio dejó escapar un suspiro de alivio, agradecido de que la presentación hubiera ido bien. — Gracias, Max. Solo quería ser honesto contigo y asegurarme de que no te sorprenda eso en un futuro.

Max asintió, todavía sonriendo. — No te preocupes. Mientras tú estés bien, yo estoy bien. Y es claro que Yuki es esa persona que te hace sentir bien.

Yuki, viendo lo relajado que estaba Max, añadió con una risa ligera: — Soy un niño bueno, me como todas las verduras, me levanto temprano a ayudar a papi en el campo y me lavo bien detrás de mis orejas.— Los tres rieron, y la tensión que había en el aire se disipó. 

Sergio se sentía más tranquilo sabiendo que Max había aceptado a Yuki en su círculo. Sabía que a partir de ahora, las cosas solo podrían mejorar, con Max y Yuki formando parte de su vida de manera más cercana y significativa.

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⏰ Última actualización: Sep 19 ⏰

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