Final

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Llegaron a casa del mayor, luego de conducir tranquilamente durante 20 minutos

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Llegaron a casa del mayor, luego de conducir tranquilamente durante 20 minutos. No vivían juntos, sentían que aún era demasiado temprano para hacerlo, pero solían ir a casa del otro a dormir un par de días o quizás una sola noche. Lo hacían con frecuencia, incluso tenían ropas y pertenencias del otro en sus casa. Después de todo, era como si vivieran juntos, pero con dos casas.

Una vez la puerta fue cerrada y asegurada, Percival tomó a Newt para fundirlo contra su cuerpo. Abrazaba su delicada y baja contextura como si su vida dependiera de ello, como si no lo hubiera visto en años y lo extrañaba. Porque realmente lo había extrañado, en casa de su amiga no podía abrazarlo, se sentía demasiado expuesto y desprotegido. Pero dentro de su hogar (el que realmente no era suyo, pero así lo sentía) podía hacerlo cuando él quisiera.

Newt: Hoy estas mimoso -dijo acariciando torpemente su gran espalda. Como pudo, comenzó a caminar en dirección hacia la habitación, guiando a Percival para que no tropezara y se deshiciera del abrazo-

Percival: Uhm, sí. Tú me pones mimoso -respondió, hundiendo su nariz en el cuello de su novio. Este rio ante las cosquillas- Vayamos a la cama, tengo ganas de mimarte.

Newt: Me encanta la idea, lo sabes. Pero primero ve a cambiarte, cariño -ordenó con suavidad, palmeando la espalda de Percival para que hiciera caso. Este se quejó, pero finalmente hizo lo pedido-

Luego de ambos cambiarse, lavar sus dientes y rostros, terminaron sobre la cama, con Newt debajo y teniendo entre sus piernas a Percival que mimosamente repartía besos por todo su rostro. El menor se encontraba sonrojado por la cantidad de besos. Aquello no sucedía siempre, normalmente el cariñoso era Newt, por lo que preciaba totalmente ese tipo de momentos. Se dejó hacer, disfrutando cada uno de los besos de Percival. Sus suaves labios se sentían como malvaviscos y algodones de azúcar, llevando a Newt hacia el mismísimo cielo. Donde conocía ángeles cada vez que los besos del menor eran acompañados con tiernas caricias.

Percival no era bueno en expresarse con palabras, no las encontraba y terminaba sintiéndose totalmente tonto. Pero podía demostrar perfectamente su amor con detalles físicos, como eso besos y caricias que le regalaba a su novio en esos momentos. Las palabras no eran necesarias para Newt, no cuando podía tener al más alto amándolo de esa manera. Sus actos eran mil veces mejor que cualquier palabra, con el tiempo pudo notar eso y aprender a apreciarlo. Ahora que lo hacía, podía hasta llorar de amor cuando el menor le demostraba su cariño. Los besos y caricias continuaron, pero Percival decidió agregar unos pequeños detalles que hicieron que el corazón del pelirrojizo latiera salvajemente.

Percival: ¿Ya te dije hoy que te amo? -pronunció con voz calmada, está siendo un tono más bajo que de costumbre, provocando que los vellos de Newt se erizaran. Como pudo, negó con su cabeza- Vaya que mal novio soy... Newt, te amo -repitió, y el nombrado no pudo sonreír más de lo que lo hacía-

Newt: Yo también te amo, Perciee...

Percival: No dudo de ello, cariño. Y realmente estoy agradecido contigo por eso. Agradecido porque me amas... -el menor abrió sus labios, dispuesto a hablar, pero el más alto posó su dedo sobre ello- Déjame continuar, por favor -pidió y Newt asintió ligeramente con su cabeza, dejando un piquito sobre el dedo que estaba sobre sus labios-

Percival sonrió con amor bañando su rostro. Observo a Newt en silencio unos segundos, casi olvidándose de lo que iba a decirle. Pero le era totalmente difícil no perderse ante la preciosa imagen de su novio. Bajando de su linda nube rojiza, a la que llamó Newt el amor de mi vida, decidió por fin retomar sus palabras.

Percival: Sé que soy alguien difícil y creo que tú más que nadie lo ha notado y lo ha sufrido. Te lastimé mucho, ¿No es cierto...? -Newt negó, acariciando el rostro de su novio. Percival soltó una suave risa, sabía que el pelirrojizo nunca le diría que lo hizo- Pero, aun así, te mantuviste a mi lado, te quédate conmigo y luchaste por mi cuando yo no sabía qué hacer. Y de verdad te agradezco eso, sin ti yo no sería lo que soy ahora. Sin tu amor nada de esto hubiera funcionado y gracias. Porque me enseñaste a amar nuevamente y prometo que voy a poner todo mi esfuerzo en ti, en mí y en nosotros, para nosotros. Voy a mejorar por ti, para poder darte lo mejor de mí, porque te lo mereces. Te mereces lo mejor de mí y todo mi amor.

Los ojos del menor brillaban por las cristalinas lagrimas que se acumularon en ellos, adorando completamente cada palabra que Percival pronunciaba. Se sentía bien, lo llevaba al mismísimo paraíso, del cual su grandote era dueño. Las palabras terminaron y no fueron necesarias a partir de ese momento, donde con cariño Newt había tomado la nuca de su novio, acercándolo a su rostro para fundirlo en un beso repleto de amor. Se besaron como si los únicos que existieran en el mundo fueran ellos. Ellos, sus besos, caricias y su cama. Oh, esa cama que era testigo de las mil y un muestras de amor que la pareja se daba.

Aquella habitación era la única consiente, junto al mismo dueño, de cuanto ama Percival a Newt.

Fin

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