Tres

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-¿No te dije que te fueras hace un rato?-

-No me acuerdo-

De verdad que "adoraba" a su compañero de trabajo

-Correte pelotudo-

La mano de Esteban se dirigió a la espalda del de rulos y lo empujó de la mesa con delicadeza haciendo que el otro solo frunciera el ceño ante esa acción

-Vamos, decime si te gusta el jefe-

-Ni me hablo con él-

Era cierto, a penas y hablaban ahora porque los demás siempre querían estar con Francisco o el ojiverde paraba mirando las flores del patio que tenían detrás de la cocina para los niños que venían con sus padres

-Dijiste que sus ojos eran lindos¿O me equivoco?-

-Si lo dije, pero es porque si lo son y no me podes decir que no-

El de ojos azules solo rodó los ojos y fue a la puerta nuevamente pues vio que habían personas acercarse y perder su trabajo no era una buena opción para él

-Mierda...-

¿Encerio tenía que pasarle eso a él? Sus padres estaban cruzando la puerta del restaurante mientras Juani les abría la puerta y con una sonrisa les decía que la pasen bien ese día. De verdad que esto iba a ser un lío en un par de minutos pero aún así Esteban trataría de mantener lo más que pueda su compostura

-¿Mesa para cuantos?- miraba a sus padres directamente mientras esperaba que dijeran "para tres" pues seguramente le dirían que se vaya a sentar con ellos

-Para cuatro-

Esa respuesta por parte de la madre de Esteban lo dejo atónito, pero aún así les dijo que si habia disponibilidad y los llevo a su mesa

-Luego de comer les pido que pasen a caja a pagar, no se les traerá la cuenta a la mesa- Esteban sonrió y se dió la vuelta para irse, pero una mano lo tomo del brazo

-Almuerza con nosotros, tenemos que hablar-

Claro, para eso habían venido. No hubiesen venido desde el otro lado de la ciudad solo para almorzar algo

-Estoy en horario de trabajo- su respuesta fue firme

-Por Dios Esteban, podes pedirle a alguien que te remplase un rato o pedirle permiso a tu jefe-

Sabía que intentar hablar con ellos acerca de que no podía sería imposible así que a regañadientes asintió y fue a buscar a alguien que esté en recepción por un momento

-Blas, haceme un favor-

-No te voy a reemplazar en recepción-

-Dale, por favor-

-¿Que me das a cambio?-

-Un pudín de chocolate-

-Me convenciste, pero anda a avisarle a Enzo o a Francisco para que no me enojen-

Eso fue más fácil de lo que pensó Esteban, ahora el problema era avisarle a Enzo que iba a estar un rato fuera de servicio pues seguramente Enzo le diría que no podía moverse de recepción. Solo le quedaba ir con Francisco el cuál seguramente aceptaría sin rodeos pero era como aprovecharse de él...

Estaba entrando a la oficina de Francisco el cuál estaba jugando con un lapicero

-Francisco...-

Inmediatamente el de ojos verdes levantó quitó su mirada del lapicero y la dirigió hacia la de Esteban

Amor en el Restaurante Estelar/ Esteban Kukuriczka x Francisco Romero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora