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Seúl, 2011.

Ya era tarde pero por fin tenía lo que necesitaba, me guardé el dinero en una pequeña bolsa de plástico que acostumbraba a esconder entre el sostén y las costillas y me eché a correr por las calles solas y frías de Seúl. Una vez que comprara el gran pedido de comida casera que les había prometido a todos en el estudio tendría que volver a correr, esta vez más rápido para que la comida no se enfriara. Emprendí la carrera otra vez y a pesar de que el aire frío me quemaba la nariz y lo pulmones tenía la sonrisa más grande del mundo, esto solo era una pequeña incomodidad a comparación de aquellos que me esperaban, el recuerdo me hizo correr más rápido, todos debían estar hambrientos.

Por la esquina ya se asomaba el edificio gris pero no dejé de correr, el guardia de seguridad, el señor Jung, me reconoció de una vez y quitó los seguros.
— ¡Rina! Dijiste que ibas a comprar bulgogi y sodas ¿en eso tardaste dos horas?
— Todo estaba cerrado, corrí por todo el barrio, a la próxima iré más temprano ¡lo prometo!

Junté mis manos en una plegaria para que no me siguiera regañando. El señor Jung resopló, fingía estar enfadado, en el fondo se preocupaba que una chica de 17 estuviera tan tarde en un sector tan solitario. Pero yo sabía moverme por gran parte de la ciudad, no había nada de qué preocuparse, solo que él no tenía que saberlo. Ya dentro de la recepción pude darme el lujo de caminar más lento y soltar las bolsas de comida en el ascensor. El espejo reflejaba una chica despeinada y con las mejillas rojas por el aire frío, respirando como un animal agitado, intenté arreglarme un poco hasta que el ascensor se detuvo en el sótano. Me bajé y caminé por el pasillo sin terminar que daba a solo tres habitaciones: una oficina, una improvisada sala de baile y un estudio de grabación ; yo me dirigía a la última del pasillo. Toqué dos veces y la puerta se abrió acabando con el silencio del pasillo, adentro retumbaban beats, instrumentos y voces. Todos estaban allí, los chicos y su pequeño equipo de trabajo; algunos en la cabina grabando sus líneas, otros en los tableros ajustando el sonido y ciertos personajes como Yoongi, mi novio, durmiendo en el sofá. Jin, quien abrió la puerta me ayudó con las bolsas de comida y entre la bulla todos nos saludamos. Mi llegada con la cena era la señal para tomar un descanso. Seokjin y Yoongi, ahora despierto, acomodaron la pequeña mesita auxiliar para poner la comida. Hoseok, Jimin y Jungkook salieron de la cabina, Tae, Nam y los productores se acercaron después de haber guardado todos los archivos. El ambiente era alegre a pesar de lo cansados que se notaban todos.

— ¿Trajiste carne? Noona, eres la mejor, voy a llorar. — Jimin fingía secarse la lagrimas mientras agarraba una porción de carne.
—También traje vegetales, no solo coman la carne, después nadie se va a aguantar los eructos con olor a barbacoa, estamos en un estudio pequeño.
—¡¿Qué?! No puede ser, esta semana es mi turno de lavar los baños en el dormitorio. — Todos nos partimos de risa, menos Namjoon con su mirada derrotada.

Los chicos estaban entrenando para debutar como grupo en una agencia pequeña. Dormían, comían, vivían y trabajan juntos las 24 horas del día, 7 días a la semana. Se esforzaban demasiado para debutar, a pesar de que algunos tenían trabajos de medio tiempo o sus familias los apoyaban con algo de dinero, los recursos se quedaban cortos muy seguido. Por eso yo también me esforzaba al máximo trabajando en mis tiempos libres y ayudándolos con la renta o las comidas. A mi lado derecho Yoonie se recostaba en mi hombro mientras comía silenciosamente la cena, su respiración era lenta y profunda. Con su mano libre buscó la mía y entrelazó nuestros dedos meñiques, mi corazón dio un brinquito, Yoon era cariñoso a su manera incluso estando agotado. Su sueño era ser rapero y productor musical, por eso yo estaba allí, creía en su sueño y quería ayudarlo a que lo lograra. Ambos habíamos terminado la secundaria temprano y trabajábamos en restaurantes, supermercados y más mientras Yoongi entrenaba para su debut. Era difícil pero las cosas no serían así para siempre, una vez los chicos debutaran el panorama mejoraría para todos nosotros.

Hardwired - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora