A Iguro NO le gusta compartir | Obagiyuu

Sanemi

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Esto es más tipo un Drabble. ¿Qué es un Drabble? Es una pequeña historia de un máximo de 100 caracteres, aún que igualmente puede expandirse hasta las 500, 600. Pero el límite de palabras tienen que ser exactas, ni más ni menos. Sin más, comienzo.
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Sanemi se acercaba lentamente a Giyuu, quien estaba sólo debajo la sombra de un árbol. Parecía estar esperando a alguien.

—Hola, Tomioka. Hace tiempo no nos vemos, ¿cómo estás?—El Albino con cicatrices tomó un mechón rebelde del azabache, quien incómodo trato de quitárselo de encima.

—Hola Shinazugawa. Estoy... bien, ¿y tú?—Indirectamente miraba hacia todos lados, intentando encontrar algo o alguien.

El de ojos morados se dio cuenta de eso, e intentó colocarse enfrente de él, bloqueando cualquier otra vista.

—Bastante bien, sobretodo porque por fin te veo, después de meses— Quito su mano del cabello de Giyuu, para después colocarla en la mejilla de este, acariciandolo con el pulgar.

—S-Shinazugawa, no hagas eso. Por favor.— No hizo caso. El ojiazul, incómodo, intento quitar la mano, pero no podía.

—Tks, ¿por qué no?

—Porque no me gusta.

Al peliblanco le dio igual y siguió haciéndolo, mientras veía como el azabache miraba hacia todos lados.

—Entonces, dime Tomioka, ¿tienes novio?—Giyuu ante eso, solo soltó una pequeña risa. ¿La pregunta era en serio?

—¿Por qué? ¿Acaso te intereso?— Dijo en un tono burlón. Pensó que así Sanemi se enojaria y alejaría de él.

—Tal vez.— Bajo ambas manos hacia la cintura del ojiazul, apegandolo hacia él.—¿Tienes o no?

—Sí. Y está detrás de ti.— Shinazugawa soltó rápidamente a Tomioka, quien río de forma burlesca ante tal acto.

—No te creo. —Sentía que le estaba mintiendo, pero una presencia que parecía enojada lo hacia dudar de eso

—No te vas a morir por darte la vuelta y verlo.

Dicho eso, se dio la vuelta, dejando ver a un heterocromático quién parecía sacar chispas del enojo y celos que tenía.

—¡Quién te crees para tocar así a mi hombre!?—Iguro tenía una vena marcada en la frente, la cual se notaba al su flequillo tomado en dos moños que anteriormente le había hecho su pareja.

—Amigo mío..—Sanemi intento zafarse de los posibles insultos y golpes que recibiría por parte de su "amigo".

Y estaba claro que los celos de el de ojos bicolor no eran fáciles de controlar.

—Obanai, ven aquí.— Ordenó Giyuu.

—Okey—Rápidamente el nombrado fue hacia donde su pareja, ahora en vez de parecer soltar chispas parecía tener flores al rededor.

El más alto lo abrazo, y gustoso lo correspondió.

Pero sin quitarle los ojos de encima a Sanemi. Iguro con la sola mirada parecía decir " tú y yo vamos a hablar más tarde "

Para después dirigir sus ojos hacia los de su pareja, haciendo como si nada hubiese pasado.

Definitivamente Tomioka había salvado a Shinazugawa de la muerte.

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Si, me inspire en una escena de una película okk