A Iguro NO le gusta compartir | Obagiyuu

Celos

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Estaba celoso. ¿Por qué su pareja tenía que llamar tanto la atención de las mujeres?

Quería tomar de los pelos a esa estúpida y pasearla por toda la tierra, tirarla al agua y después dársela como comida a su cuervo.

Bueno, estaba apuntó de hacerlo, sino estuviese siendo detenido por alguien.

—¡Tomioka-san, calmese!

—¿¡Cómo me voy a calmar si esa zorra estúpida maricona de mierda traga sable ofrecida puta hija de la re putisima de su madre que se vende a un dólar en el distrito rojo le está coqueteando a MÍ novio!?

—¡Tomioka-san, no ocupe esas palabras, no son adecuadas, por favor calmese!—Mitsuri estaba desesperada con el cabello desordenado, había estado batallando durante media hora con Giyuu.

Y tampoco es que Obanai estuviese ayudando mucho.

—¡Iguro-kun, que bonitos ojos tiene!

—Gracias. —Estaba incómodo, y sentía una presencia rara e irritada pero no sabía de quien era.

—¿No quiere dar una vuelta conmigo por el pueblo? podríamos ir al Festival de esta noche—se acercó al azabache y tomó sus manos, colocandolas en su pecho.—Y si quiere algo más.

La mujer se sonrojo, Obanai estaba apuntó de llorar de la desesperación por no saber cómo alejarse y...

Giyuu ya había llegado a su límite.

—¡Aléjate de mi hombre, perra!

Estaba claro que a Iguro no le gusta compartir.

Y es posible que a Tomioka menos.

Rápidamente, el ojiazul, se acercó a su pareja e hizo que lo abrazara por la cintura.

—¿Quién se cree usted para llamarme perra? ¡qué vulgar de su parte!... Iguro-kun, dígale algo.

El heterocromático miro a su pareja, quien estaba con el ceño fruncido

—Giyuu, mi amor.... Muy bien hecho! reclama lo que es tuyo

La chica quedo perpleja y rápidamente se fue.

Había colocado las manos de Obanai en sus pechos y resulto tener pareja! qué vergüenza.

Se había salvado de una muerte segura.

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